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 [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]

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MensajeTema: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Jun 15, 2010 6:59 pm

Ok, primer fanfiction que escribo inspirada por The GazettE.

antes de todo, es un Universo Alterno, en el que exagero al punto de caricaturizar mis impresiones sobre ellos.
todas las críticas son bien recibidas, y advierto: Soy muy, muy explícita para escribir, y mucho más en las escenas fuertes, no soporto los eufemismos en el sexo y siempre llamo las cosas por su nombre. así que si son muy sensibles, absténganse de leer.

Prisión de 24 Kilates

Apto: 17+

RR (Renuncia de Responsabilidad): Esta historia es pura ficción. The Gazette pertenece a PSCompany, con quien no tengo ninguna conexión, y las marcas registradas son propiedad de sus respectivos dueños. Ninguna parte de esta historia puede ser reproducida o reutilizada sin autorización.



-1- Prisión de oro, libertar de hierro.

Su mirada se centró en el espejo, en su propio reflejo. Suspiró en silencio, suspiro refrenando el nudo en su garganta, sonrió con desgano, aunque lo que en verdad deseaba, era llorar, llorarse la vida, llorar hasta deshidratarse.

Comenzó a arreglarse el cabello, aunque la estilista que su novio pagaba había acabado de hacerlo, a él no le gustó el resultado, y tratando de no pensar en un posible enojo de su novio, por modificar lo que había planeado, se oscureció el tono de sombra que llevaba en sus parpados, también se cambió la camisa color crema por una más oscura. Uruha, ese día no se sentía con ánimos de llevar colores claros.

Caminó por el pasillo que de su habitación conducía a la sala, pasó las palmas de ambas manos por las paredes de blanco inmaculado, no fue un acto inconsciente, desde hace varios meses Uruha creía que si no lo hacía, las paredes se le vendrían encima, no por qué el lujoso apartamento representara un peligro, era el sentimiento que le producía el saber que cada rincón que habitaba no le pertenecía, el estar consciente que hasta la ropa que usaba era pagada por Ruki, por su novio, al que luchaba por seguir amando, pero eso cada día se hacía más difícil.

Desde el pasillo vio al conductor del auto de su novio, Reita esperaba sentando en el enorme sofá verde pasto que el mismo Ruki había diseñado. En la sala no se escuchaba más que las respiraciones de Ruki y Reita, no era buena señal, ellos siempre estaban hablando de cosas, de la decadencia del mundo, de la doble moral de Tokio, de los planes y negocios de Ruki, de autos, joyas y todo aquello que el dinero podía comprar. El silencio de su novio solo indicaba problemas.

Uruha buscó fuerzas dentro de su interior para sonreír, se dio un vistazo en el espejo de la sala, el que odiosamente se erguía desde el piso de mármol hasta el cielorraso de cedro tallado, su imagen estaba impecable, la ropa que Ruki le había enviado la noche anterior le quedaba bien, los bucles, hechos con sus dedos en el rubio oscuro cabello le suavizaba las líneas del rostro, el maquillaje lo embellecía, le daba un sutil aire femenino, tal como a su novio le gustaba, todo lo artificial en él ocultaba al verdadero hombre, a ése que se sentía y se quería morir en cada respiro que daba.


- Nunca vas a cambiar ¿Verdad? – Ruki le habló con profundo tono de voz, no lo miró más de lo necesario, y sonrió con enojo – Te dije a las 6:30 de la mañana, no a las 6:40 – Acomodó un mechón de su cabello castaño rojizo, se retiró los anteojos de marco y lente negro, y avanzó, parándose frente a Uruha.

Aunque la estatura de Ruki era considerablemente menor a la de su novio, algo en ellos, en su dinámica de pareja, en su propia personalidad, hacían que no solo no se notara esa diferencia, sino que yendo más allá, Ruki se veía en muchos aspectos más grande, e imponente que el rubio.

-No fue mi culpa – Apenas susurró, fijando su mirada sobre el enorme frasco de mayonesa que reposaba encima de la mesa del comedor, resopló fugazmente al darse cuenta que ése frasco era la causa del silencio que encontró en la sala, se cruzó de brazos, esperando las fuertes palabras que sabía, su novio empezaría a decirle, pero antes de disponerse a escucharlo en silencio, desvió la dirección de su mirada sobre el conductor, Reita lo miró también, luciendo una sutil sonrisa de satisfacción.

- ¡Nunca es tu culpa! – El diseñador elevó el tono de su voz – Y seguramente, ése frasco de mayonesa que encontré en tu refrigerador, no es tuyo.

- No es mío Ruki… no sé cómo…-

- Ya cállate – Ordenó entre dientes, dándose media vuelta para dirigirse a la salida del apartamento – Gasto demasiado dinero en ti… - Masculló sin ocultar la molestia – El entrenador personal más caro, el mejor “spa”, y todo para que lo arruines comiendo mayonesa como un cerdo, así vas a terminar ¿Sabes?- Abrió la puerta dejando que Uruha saliera primero - ¡Como un cerdo!

Reita parqueó el auto en uno de los espacios “vip” del estudio de televisión, Ruki fue el primero en bajarse y mientras el diseñador de modas saludaba a los periodistas Franceses que viajaron a Tokio, solo a entrevistarlo a él, Uruha aprovechó para sacarse un poco la rabia que había acabado de pasar. Inclinándose hacia el asiento del conductor, desde la silla trasera del auto, rodeó por el cuello a Reita con sus brazos, y pegándole los labios al oído comenzó

- ¿Cuándo pusiste la mayonesa en mi refrigerador? Anoche o esta mañana cuando llegaron… ¡Sabes qué! no importa, cómo tampoco importa lo que hagas, supongamos que tienes la suerte de separarnos, cosa que no creo, de todas formas Ruki jamás se fijará en alguien como tú, eres su conductor, lo has sido por cinco años, lo serás por el resto de tu patética vida.





Una corriente de aire frío se metió en la pequeña habitación, Kai cerró las ventanas y ajustó las cortinas, impidiéndole también a la luz entrada alguna. Dejó las dos tazas de té sobre la mesita de madera en la modesta habitación que servía de dormitorio, sala, comedor y hasta cocina gracias a la pequeña estufa acomodada debajo de las ventanas.

Terminaba de vestirse, mientras esperaba que el té se enfriara un poco, miraba a su novio aun dormido sobre la cama, y resoplaba, con fuerza, con toda la intención de despertar a Aoi de ese profundo sueño en que parecía estar sumido, abrochó el último botón de su camisa blanca de mangas largas, se cruzó de brazos y tosió fuertemente. Aoi despegó lentamente sus parpados, fijándose en la hora en el reloj de pared, saltando apurado de entre las mantas al darse cuenta lo tarde que era

- ¡No me despertaste! – Le reclamó a su novio, y se dispuso a tomarse con rapidez el té – Ya estás listo, vestido como si fueras a trabajar a una oficina y no a un taller de mecánica de autos – Reparó al tiempo que tomaba grandes sorbos de té - ¡Hasta tuviste tiempo de llenar de fijador tu cabello! Te ves bien – Concluyó con una sonrisa.

Kai encendió la luz para verse en el espejo una vez más, sí, su novio tenía razón, se veía bien y al tiempo que acomodaba algunos detalles de su ropa, agradeció que su novio no hiciera preguntas a cerca de su aspecto.

Después de tomarse por completo el té, Aoi se levantó de la silla, caminando despacio, zigzagueando para no ser notado por su novio en el reflejo del espejo, extendió ambas manos, tomando con fuerza desde atrás a Kai por la cintura, halándolo hasta pegarle la espalda a su pecho, y le habló, susurrando con grave tono de voz

- Demasiado bien, te ves extraño, pero hermoso –

- ¡Suéltame, me vas a despeinar! –

Protestó el dueño del taller, sonriendo divertido, pero Aoi no lo soltó, en cambio, caminó casi arrastrándolo al lado de la cama, y se dejó caer sobre esta con su novio apresado entre sus fuertes brazos, y solo cuando estuvo sobre él, notó que aparte de estar bien vestido y muy peinado, Kai estaba ligeramente maquillado.

- ¿Eso es…mascara en tus pestañas?

- Un poco… quise intentar algo nuevo – Respondió, sacudiéndose infructuosamente del fuerte abrazo de Aoi

- Te ves muy raro… - Sonrió, mordiéndose los labios, flexionando su rodilla derecha entre las piernas de Kai - ¡Pero muy sexy!

- Gracias… ve a bañarte ya, o abriremos tarde el taller

- Lo abrimos tarde… - Murmuró con ronca voz, empujando su pelvis sobre la entrepierna de su novio, sin darse cuenta que entre más empujaba, Kai más se intentaba zafar

- Ahora no, se hace tarde – Protestó, empujándolo lejos de sí con sus codos – Deja de besuquearme, vas a arruinar mi maquillaje

- Hoy viene… - Pronunció Aoi un poco ahogado, levantándose de la cama, volteándose para no verlo más – Ése tipo raro… - Abrió la puerta del baño, parándose bajo el marco de la puerta, continuó hablándole sin voltear al verlo – Ése diseñador de mierda… te vistes para él, te maquillas y te peinas para él… - Volteó un poco su cabeza, lo suficiente apenas para hacer contacto visual con su novio que aun seguía sobre la cama - ¡Eres un descarado Kai, lo haces ante mis propios ojos! Y después pretendes que te crea que solo son negocios.

- ¡Es solo un negocio! – Afirmó, levantándose de la cama, halando de la mano a su novio, atrayéndolo a él – Ya te he dicho, Ruki es muy quisquilloso, ya es una suerte que alguien tan rico y famoso como él confíe sus autos a nosotros, es nuestro deber no solo darle el mejor servicio, también tenemos que hacer las cosas como a él le gustan

- ¡¿A qué clase de “cosas” te refieres!?

- ¡No pienses mal! – Tomándole a Aoi con fuerza el rostro entre sus manos, lo besó suave y fugazmente en los labios – El nos paga mucho dinero por mantener bien sus autos, lo menos que puedo hacer es lucir decente cuando viene, sabes que odia la grasa y la suciedad…

- No, no lo sé – Se separó de Kai, mirándolo con rabia – Y qué tu lo sepas solo afirma lo que pienso, ustedes han hablado mucho para el poco tiempo en que el diseñadorcito ese viene trayendo sus autos, a ti te interesa ese enano de ojos de plástico, deja de negármelo.


El auto se deslizaba sin prisa sobre la autopista, Reita no estaba al 100% pendiente del camino, sus ojos siempre encontraban el momento justo para ver a los del asiento trasero por el retrovisor, y cansado ya de ver como la mano derecha de Uruha se deslizaba de adentro a afuera del pantalón de Ruki, habló, su voz casi chilló al comienzo de sus palabras, porque si le molestaba ver a Uruha tocando a Ruki, ver a Ruki agarrando lleno de deseo la entrepierna de Uruha, le daba ganas de vomitar

- Señor, ¿Dejamos a Uruha en el apartamento y nos vamos ya para el taller? Todavía le escucho el ruido extraño al motor

- No, vámonos ya para el taller, creo que es tiempo de que Uruha conozca donde queda el lugar, y más ahora que voy a regalarle una motocicleta nueva para su cumpleaños

El rostro de Reita se descompuso por completo, no creía que Uruha mereciera nada, y el verle la cara de alegría al oír lo de la motocicleta, logró molestarlo más, otro regalo que Uruha pagaría desnudo, retorciéndose de placer entre las sabanas del hombre qué él sí amaba de verdad, no por las cifras que tuviera en su cuenta bancaria.

- No deberías molestarte amor –Sin dejar de sonreír, el rubio hundió su rostro en la curvatura del cuello del diseñador, besándole suavemente, esperando que la piel de Ruki reaccionara como antes solía hacerlo, ansió sentir que los vellos se excitaran, que los poros se le cerraran y que el mismo diseñador suspirara quedamente como antes, pero nada de eso pasó, Uruha se separó un poco de su novio, recostándose en el asiento, casi sumergiéndose entre las espumas, sin dejar de ver a Ruki, a el frío y extraño Ruki que cada vez se le parecía menos al hombre que alguna vez amó – Te amo, ¿lo sabes? Y no necesito regalos caros, yo te amo sin necesidad de…

-No me digas mentiras, ni te mientas tampoco – Apenas lo miró de reojo – Yo sé que te gustan las cosas caras, a mí también, por eso estás conmigo, eres el novio más costoso que he tenido

- Ruki, solo digo…

- No digas nada – Levantó su mano derecha frente al rostro de Uruha, ordenándole así que guardara silencio – No quiero oírte decir nada, mejor, si quieres usar esa boquita deliciosa que tienes, úsala en algo más productivo – Sonrió, mordiéndose los labios, desatándose el pantalón y bajándose la cremallera – Inclínate, y haz lo que mejor sabes hacer… Y tú, Reita, ojos al frente, sabes que no soporto que estés vigilándome por el retrovisor.


Última edición por _Ale_ el Miér Ene 05, 2011 1:08 pm, editado 22 veces
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Jun 15, 2010 7:17 pm

wooooooow
wooow
wooow
wooow

no tengo palabras... osea SI

ME ENCANTOOOO!!! jojojoojo
quiero otro capítulo másss!

:_D:
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Jun 15, 2010 11:05 pm

adasdsd
me encantooooo!!!!!
otro capi onegai!!!! *O*
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Jun 15, 2010 11:47 pm

SOS UNA HIJA DE PUTA!


*se va a leer*


Uruha buscó fuerzas dentro de su interior para sonreír, se dio un vistazo en el espejo de la sala, el que odiosamente se erguía desde el piso de mármol hasta el cielorraso de cedro tallado, su imagen estaba impecable, la ropa que Ruki le había enviado la noche anterior le quedaba bien, los bucles, hechos con sus dedos en el rubio oscuro cabello le suavizaba las líneas del rostro, el maquillaje lo embellecía, le daba un sutil aire femenino, tal como a su novio le gustaba, todo lo artificial en él ocultaba al verdadero hombre, a ése que se sentía y se quería morir en cada respiro que daba.



ASJKASJKDFJKASFSDKFKSDJKDSJFKSD. Ya está, mi personaje favorito.


Es increíble el potencial que tenés para producir historias pochocleras XD un capítulo y ya dejás al lector ansioso por más. Te aconsejaría que uses un beta (YO YO YO YO) porque encontré un par de errores gramaticales y dos o tres de ortografía, pero fuera de eso, sos impecable. Amo que cambies de perspectiva en perspectiva sin necesidad de aclarar que lo estas haciendo (como suelen poner, 'Ruki pov', 'Kai pov'), es algo que me pudre de los fics. Hay buenas transiciones. Otro detalle: algunas oraciones son demasiado largas, en vez de poner tantas comas podrías estructurarlas de forma diferente y puntuarlas mejor. Son sólo sugerencias, sabes que sos mi escritora de fics en español favorita.

Espero que no te arrepientas de este fic, que no lo trunques por la mitad, que no lo borres, ni ninguna de esas forradas que te he visto hacer con otros fics tuyos, porque te CASTRO. de acuerdo? No mas sexo sadomaso para vos.

Estás advertida.

Lo amé, te amo ♥
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Jun 23, 2010 12:55 pm

Muchas gracias a Nao por la corrección.

- 2- Causante: Una sutil colisión


El caminar de Kai era rápido; él siempre parecía nervioso, como si tuviera mil cosas para hacer. Aoi ya estaba acostumbrado a esa característica, y la encontraba muy atractiva en él, pero justo en ese día le pareció insoportable. En especial porque Kai se notaba verdaderamente nervioso y su caminar era exageradamente rápido; se le notaba a simple vista la ansiedad que la visita de Ruki le causaba. Intentó ignorarlo, concentrándose en trazar delicadas líneas de pintura sobre el parachoques de un auto - tarea un tanto complicada, pues el descompresor de pintura era viejo y muy grande, dificultándole el movimiento a voluntad.

- Deja de perder el tiempo – El dueño del taller farfulló al pasar detrás de su novio –. Esto es un taller de mecánica, no un taller de arte, y tampoco es que te paguen bien, como para justificar el gasto de electricidad que genera ese descompresor.

- No todo es dinero Kai, además, el dueño de este auto siempre lo trae a reparar, ¿No eres tu quien dice eso de “A quien paga hay que darle el mejor servicio y hacer las cosas como le gustan”?

- No empieces… - Suspiró girando sobre sus propios pies, mirando de frente a su novio –. Tu no entiendes, yo solo quiero mejorar la vida que tenemos.

- ¿Qué tiene de malo nuestra vida? – Preguntó, dejando a un lado el descompresor, acercándose a su novio que ese día olía a un perfume que él no reconocía.
Kai se llenó el pecho de aire, le tomó ambas manos a su novio entre las suyas, y mirándole directamente a los oscuros ojos, preguntó de forma acomodada, cómo ansiando que la respuesta fuese negativa.

- ¿Eres feliz? De verdad Aoi. Mírame a los ojos y dime si eres feliz.

Aoi entrecerró un poco los ojos, haciendo el usual sonido grave con su garganta cuando estaba pensando, le sonrió a su novio y reposando tiernamente su frente en la de él, respondió.

- Sí, lo soy.

-¡¿Por qué?! – Kai de verdad se sorprendió. Le dio un ligero vistazo al taller, sacudiendo después su cabeza, mortificándose otra vez al ver que el lugar con capacidad para reparar diez autos al tiempo solo tenía tres, y uno era el que Aoi decoraba por casi nada. Apretó con fuerza las manos de su novio y preguntó de nuevo. - ¿Eres Feliz? Cómo puedes ser feliz, si todas las mañanas te levantas en una habitación diminuta, mal construida sobre este mismo taller, bajas, trabajas y subes al mismo lugar, todos los días, siempre lo mismo, y el único lujo que nos damos es ir cada Viernes a un restaurante, y volver… al taller, a la pocilga que habitamos… ¿Cómo puedes ser feliz?

El suspiro que Aoi dio fue largo y profundo, fue la combinación de una leve desilusión por las palabras de su novio, y su propio sentir sobre toda esa situación descrita por Kai, liberó sus manos de entre las de su novio, solo para abrazarlo con fuerza contra su cuerpo.

- Soy feliz, porque estoy contigo… en este taller, en esa pocilga, en esta vida de mierda, soy muy feliz porque me amas y porque no importa que tan duro pueda ser un día, tu sonrisa siempre me alegra el corazón.

- La gente no vive de sonrisas, la gente no come sonrisas - objetó con rabia, soltándose de entre los brazos de su novio, sumergiéndose dentro del taller.

Aoi tan solo lo vio alejarse, tomó el descompresor y empezó de nuevo a pintar, aunque ahora en lo único que podía pensar era en si Kai era feliz… No una felicidad general, esa sabía bien que no la poseía, pero, ¿era su novio feliz con él?


Frustración, la más profunda y sofocante frustración. Uruha no entendía la razón de su existencia, tampoco entendía por qué mientras sus manos le subían el cierre al pantalón de Ruki, éste tan solo se acomodaba en el asiento trasero del auto y se enfrascaba en una nueva conversación con Reita.

¿Qué soy? Se preguntó mentalmente, limpió de sus labios los restos de semen de su novio, y se dejó caer desmadejado sobre el espaldar del asiento. Sus ojos encontraron su propio reflejo fragmentado en el espejo retrovisor; estaban acuosos, en sus pestañas el agua salada luchaba por escurrirse sobre sus mejillas, pero Uruha no lo permitió. Se tragó de nuevo la angustia que sentía por solo vivir, y con un pañuelito de papel se limpió cuidadosamente los ojos, pendiente de no arruinar su maquillaje.

El auto se detuvo afuera del taller. Uruha se incorporó en el asiento, pero decidió quedarse dentro del auto, a pesar del calor que comenzaba a aumentar por ser casi medio día. Sacó su botella de agua de dos litros; la etiqueta en el envase plástico decía “agua mineral”, pero el contenido no era más que puro licor de arroz. Desde un par de años a la fecha Uruha ya no bebía por placer. Todo el alcohol que bajaba ardiente por su garganta era bebido por necesidad, porque tenía que estar levemente alcoholizado, o de otra forma se derrumbaría en cualquier momento.

Aoi se encontraba sumergido en sus pensamientos, en unos que le causaban tristeza e impotencia. ¿No era él suficiente para su novio, qué era eso que le impedía a Kai ser feliz? Faltó poco para que dañara el descompresor de pintura por la presión que ejerció en la válvula de salida; ver al prepotente diseñador de modas bajarse del lujoso auto, observándose los zapatos como temiendo se hubieran ensuciado con solo pisar el suelo del taller, lo llenó de rabia. Y fue mucho más grande el sentimiento cuando Kai prácticamente lo arrolló al paso para salir a recibirlo.

Generalmente Kai no se ocupaba de los autos. Ese trabajo lo hacían Aoi y un par de mecánicos que trabajaban para ellos, pero el auto de Ruki era especial para Kai. Aunque no tanto como su propietario, a quien el dueño del taller no solo envidiaba, sino que deseaba tener como un amigo muy cercano, y por qué no, posible socio, que invirtiese dinero para hacer realidad su sueño de construir autos de lujo.

- Hay desgaste en un cable del sistema eléctrico – sentenció Kai después de revisar el motor en silencio –. En 40 minutos lo tengo listo.

- 30 minutos, Kai – exigió Ruki, al tiempo que encendía un cigarrillo.

El dueño de taller le sonrió al diseñador, asintiendo con el gesto a la exigencia del otro. Aoi solo podía aguantarse la rabia al ver a su novio correr de un lado para el otro, desviviéndose para complacer al diseñador. Se olvidó de lo que estaba haciendo, dejó el descompresor de pintura en el suelo, y se recostó en la pared a ver el deprimente espectáculo que Kai protagonizaba, actuando como un mono de circo, danzando al ritmo que le ponían para recibir una migaja.

- ¡Insoportable! – Pronunció en voz alta, pero Kai no lo escuchó, tenía prácticamente medio cuerpo metido debajo del capó del auto, trabajando en el motor. – Me voy a comer algo, regreso en 30 minutos cuando el circo se acabe.

- Como quieras – Alcanzó su novio a responderle, sin siquiera mirarlo.

- ¿Puedo ir con usted?

Aoi no había notado al hombre que le habló dentro del auto. Esperó que saliera y mientras lo hacía, lo observó con algo de intriga, porque jamás había visto a un hombre que luciera como él.

- No vas a comer porquerías Uruha, no me hagas enojar – advirtió el diseñador sin moverse del lado del auto.

- Voy por agua – sacudió la botella en el aire –. Se me acabó y me muero de sed.

Kai salió de abajo del capó. Todo lo que se relacionaba con Ruki le causaba curiosidad, así que pausó su trabajo para ver quién era el acompañante del diseñador, y con solo ver el atuendo que lucía se impactó, imposibilitándole contener el sonoro “¡wow!” que se le escapó de los labios. Uruha y Aoi comenzaron a alejarse despacio del taller, y Ruki se paró muy cerca a Kai, cruzándose de brazos, mirándolo con el ceño fruncido.

- ¿Qué fue lo que le impactó?

- ¿Pe… perdón? – tartamudeó. A Kai la sola presencia del diseñador le causaba ansiedad, y se le empeoraba cuándo éste le habla mirándolo directamente a los ojos.

-De mi novio. ¿Qué cosa fue la causante de ese ‘wow’?

- Ah, su ropa, es espectacular – rió Kai, con nerviosismo.

- Claro que lo es, yo la diseñé.

- Es perfecto – concluyo viendo a Uruha doblar la esquina con Aoi.

- ¿Qué cosa Kai, mi novio? – El tono de voz de Ruki se endurecía cada vez más.

- El atuendo señor Ruki, el atuendo de su novio. – La voz de Kai, al contrario de la del diseñador se resquebrajaba por el nerviosismo.
Ruki liberó una carcajada y palmeó suavemente el hombro de Kai.

- Perdona que te hable así, pero soy muy celoso con las cosas que me pertenecen y no soporto que nadie este mirando a mi hombre con quién sabe qué clase de pensamientos.

Aoi caminaba junto con el rubio hacía su restaurante favorito, el del señor Tanaka, que quedaba a menos de dos cuadras del taller. Recorrió el trayecto en silencio, observando de reojo al tipo que no solo se veía impecable, si no que olía como un delicioso jardín en primavera.

- Ruki te cae mal –Uruha le dio un ligero vistazo a su acompañante, sonriéndole con amabilidad.

- ¿Se me nota tanto? – Respondió este, sin voltear a verlo.

- Casi no lo miras, y cuándo lo haces parece que en cualquier instante le saltarás a la yugular y se la arrancarás de un mordisco…

Aoi sonrió, señalando la esquina en la que debían girar – Sí, me parece un ser muy prepotente.

- Él es buena persona, créeme, no es tan malo como quiere aparentar.

- Lo tomaré como cierto, y más viniendo de quién fue regañado como un niño hace unos segundos por “tan buena persona”.

- Eres buen observador – comentó Uruha, entrando en el restaurante. Pidió una botella de agua mineral y esperó a que Aoi saludara al mesonero.

- ¡No me digas que lo que huelo es puerco envuelto, freído en salsa de ciruelas!

El mesonero asintió con una gran sonrisa, metiéndose hasta la cocina, y regresando con un plato lleno de carne de cerdo envuelta en harina y bañada con salsa de ciruela. Aoi tomó con sus dedos una pieza y le dio un gran mordisco.

- ¡¿Cómo puedes comer eso, y con tus dedos?! – Uruha lo miraba como si fuese un extraterrestre.

- ¡Son deliciosos! ¿Quieres uno? – Ofreció amablemente, pero el rubio retrocedió dos pasos, cómo si en lugar de comida Aoi le ofreciera veneno – No seas tonto, porque comas uno no te vas a morir.

Uruha no pudo evitar la excesiva salivación en su boca, el olor de la comida le alborotaba los jugos gástricos, y los exagerados sonidos de placer que Aoi emitía en cada bocado no le ayudaban mucho.

- ¡Una mordida! – Casi gritó, era su estómago el que hablaba por él – Una sola mordida pequeña… - Tragó saliva – Muy, muy pequeña.

El mecánico buscó un par de palillos para que el rubio tomara una porción, pero no los encontró cerca y, como si fuera algo muy normal, llevó su mano hasta los labios de Uruha, ofreciéndole una mordida de lo que ya estaba comiendo.

- ¡Oh por todos los cielos!

El rubio no pudo contener la exclamación mientras aún masticaba. Aoi sonrió al verlo comer, era una escena demasiado bizarra: el rostro de Uruha había cambiado por completo, y había momentos en que Aoi no podía notar si disfrutaba de la comida o estaba sintiendo un profundo dolor.

-¿Te gusta… o te duele algo… una muela expuesta? – Preguntó preocupado.

- ¡Un orgasmo! – Comentó al terminar de tragar, riendo ampliamente, mirando con pena a Aoi – Creo que tuve un orgasmo “alimenticio”.

- ¡Ja! Ustedes los ricos son muy raros – alcanzó a decir antes que Uruha le sostuviera con fuerza la muñeca y se llevara el resto del puerco a su boca, en tal desesperación que los dedos de Aoi chocaron con su nariz.

Uruha comenzó a masticar el puerco y sintió el aroma a pintura y grasa en las manos de Aoi, pero no lo soltó, en cambio se quedó con la muñeca derecha de Aoi entre sus manos, sin despegarla de su nariz. Mientras disfrutaba de la comida, veía fijamente al mecánico, a ese que tenía un aroma real, aroma a libertad, al que no le importaba tomar la comida con sus manos, y que extrañamente sonreía mientras lo veía comer.

- Creo que ya me puedes soltar la mano.

- ¡Perdón! – respondió el rubio, sin saber por qué se estaba sonrojando, y bajando la mirada, explicó – Es que si Ruki siente el aroma a grasa en mis dedos, me mata.

- ¿Ah sí? ¿No que era “buena persona”?

- Lo es… créeme. – Lo dijo sin mucha convicción, rodeó el restaurante con su mirada como buscando algo que no encontró y entrando en desesperación agarró entre sus dedos la desgastada camisa negra de Aoi. – Necesito goma de mascar… de yerbabuena… de menta… necesito algo que me quite el olor y el sabor del puerco… ¡Búscame algo, pero ya! – Exigió en un grito.

El mecánico abrió por completo sus ojos, cruzándose de brazos, intentando controlar las ganas de propinarle una trompada. – De verdad eres de los que creen que por tener dinero, el resto del mundo es tu sirviente…

- No – Uruha lo miró con angustia – No… no quise gritarte, perdóname, es que no puedo regresar oliendo así, no me puedo dar el lujo de tener un problema más con mi novio.

- ¡Tanaka! – Gritó mientras le daba una profunda mirada de desaprobación a Uruha – ¿Puedes regalarme unas hojas frescas de menta?
Mientras el rubio masticaba las hojas de menta, Aoi susurró sin verlo – ¿Puro teatro, eso eres verdad?

- No te entiendo…

- Tú eres puro teatro, tu vida es una obra, Ruki es el director y tú el actor resignado sin voz ni voto.

- Tú no sabes nada de mi vida, ¡y no te he dado confianza como para que emitas juicios sobre mí! –protestó, saliendo del restaurante.

-Comiste puerco de mis manos, casi me lames los dedos – Aoi se apuró a salir con él. – Creo que la confianza ya está establecida.

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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Jun 23, 2010 5:08 pm

2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha 2sha

Aiaaaaa >_< pobre Uruuuuuuuuuu ;_;
Ruki, diseñador, dictador de primeraaaaa -_-'
Kai un idiota ._.
Reita... Reita es reita xDDDDDDDDDD
y Aoi Mecánico.

ok, de esto último evito comentario Embarassed


Me gusta muchoooooo >_<

:_D: Esperoooo el proximo capituloooo desde ahora y con ansias 2sha
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Neko
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Jun 23, 2010 8:04 pm

^ reita es reita xD pobree!
jo!!!
que capitulo!
Citación :
Te gusta… o te duele algo… una muela expuesta? – Preguntó preocupado.

- ¡Un orgasmo! – Comentó al terminar de tragar, riendo ampliamente, mirando con pena a Aoi – Creo que tuve un orgasmo “alimenticio”.

ME MORI!! xDDDD jajaja muy bueno!!!
me encanta!
espero el proximo con ansias ne!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeJue Jun 24, 2010 1:30 pm

Aaaaahh me encanta el fic!!! *O*
Espero que actualices pronto!!!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeJue Jun 24, 2010 4:14 pm

Estoy perdidamente enamorada de Ruki. Ok, no xD
Amo que los hagas comer comidas de tu pueblo JAJAJ yo tambien haria que coman guiso de lentejas si escribiera un fic, a la garcha el takoyaki.

Ya tengo el cap 3 y en breve empiezo a proof-leerlo x3
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Ago 11, 2010 6:46 pm

amo este fic choto Razz

perdón por subirlo sin corrección de mi beta, pero me agarró la impaciencia (yo sé que tienes mil cosas por hacer ♥ )

Espero les guste.


-3- Primera fractura en la estructura.


Ambos caminaban sin prisa, como si ninguno quisiera volver al lado de sus respectivos novios, a medida que se acercaban al taller notaron que Kai los esperaba con los brazos cruzados y una cara de tragedia tal que Aoi logró asustarse y con un poco de desesperación le preguntó qué pasaba, su novio solo logró hablarle en un grito ahogado, lo suficientemente desesperado par ser oído por Aoi pero en bajo volumen para no ser escuchado por Ruki, quien esperaba junto a Reita en el interior de la improvisada oficina de administración.

- ¡Aoi, necesito un cable con doble aislante! El auto del señor Ruki tiene un cable desgastado, y acá no lo tenemos, vas a tener que ir a comprar uno

- “Tener” ¿Dices? – Aoi se paró cruzado de brazos frente a su novio, mirando fijamente al piso – Tener…tengo que morirme, algún día, pero yo no voy a salir a comprar nada, ve tu mismo, o dile a alguno de los muchachos que lo haga

- Deja de darme problemas, tú también trabajas aquí y te estoy ordenando que lo hagas – Más que una orden, fue un ruego desesperado.


- No moveré un dedo por el auto de ese enano plastificado… - Levantó la mirada, buscando el rostro de Uruha, sonriéndole en medio de la rabia que sentía – Te pido perdón, por mis palabras – Volvió su mirada, no al piso, si no directamente a los ojos de Kai – Ese es tú cliente, no el mío y sabes que no me cae bien, si tienes prisa ve tú mismo, yo de acá no me pienso mover.

Kai farfulló algo incomprensible, se dio media vuelta y se adentró en el taller, Uruha se quedó mirando lleno de sorpresa a Aoi, que sin más, se recostó en la pared exterior del taller y encendió despreocupado un cigarrillo.

- ¡Así nada más! – Exclamó – Le hablas de esa forma a tu jefe ¿No te da miedo?

- No solo es mi jefe, también es mi novio ¿Y a qué debo temerle?

- ¡A que te eche! – Susurró, abriendo por completo los ojos

- ¿Del taller o de su vida? – Liberó despacio el humo de sus pulmones, fijando su mirada sobre el rubio, que continuaba hablándole con angustiosa expresión

- Del taller… ¡Qué tal y te despida!

Aoi entrecerró los ojos, no comprendía el por qué del tono alarmista en la voz del rubio -¿Y eso por qué te angustia tanto? No será el fin del mundo.

- ¿¡De qué vas a vivir si te despide!? – La mirada de Uruha cambió, no era pánico lo que expresaba, ahora estaba llena de curiosidad.

- Busco otro trabajo y listo ¡Ja! ¿Cuál es el problema?

- Y si no encuentras un trabajo rápido... – Arqueó una ceja al preguntar, esperando que el mecánico no pudiera darle una buena respuesta

- Si me tardo en encontrar uno, tengo un dinero ahorrado y…

- Y cuando se te acabe el dinero ¿De qué vas a vivir? – Preguntó con rapidez

- No te entiendo – Bajó los brazos, ladeando un poco la cabeza, porque en verdad no lo entendía – Soy un buen mecánico, en cualquier otro taller puedo trabajar

- Y… ¿Si nadie te emplea en un taller?

- Bueno, supongamos que me vaya tan mal… iría al mercado pesquero y cargaría cajas todo el día, allá siempre hay algo que hacer, no se gana mucho, pero es suficiente para pagar una habitación y comer.

- Nos vamos – Ruki salía del taller con Reita, llamó a su novio, señalándole con la cabeza que lo siguiera – Nos vamos en un taxi, debemos dejar el auto acá hasta mañana

- Ya oíste, corre, corre antes que te rete otra vez – Rió, y continuó hablándole a Uruha con amabilidad – Seguro tiene complejo de Napoleón, ya sabes baja estatura, enormes delirios de grandeza

Uruha se quedó algunos segundos viendo al mecánico que visiblemente se reía del diseñador

- Eres uno de esos espíritus libres ¿Cierto? – Comentó recorriendo al mecánico de arriba abajo con su mirada

- Yo no te he dado la confianza como para que emitas juicios sobre mi vida – Rió de nuevo, y se quedó mirando fijamente al rubio, lo miró con conciencia de hacerlo, y notó que debajo de todo ese maquillaje, ese peinado y vestido perfectos se escondía un hombre que no trasmitía otra cosa más en su mirada que una profunda tristeza

Uruha sonrió sutilmente, bajando la frente, sin dejar de ver el rostro de Aoi - Fue un placer conocerte Aoi, y comer ese puerco también lo fue

- Igualmente Uruha, ven a comer puerco otra vez, cuando quieras… pero ven sin ese enano plastificado.


Tokio esa noche parecía un enorme espectáculo de luces desde la ventana del apartamento del diseñador, Uruha solía quedarse varios minutos observando todo desde allí, hasta podía ver el apartamento que habitaba y siempre se imaginaba a Ruki parado ahí en las mañanas con un telescopio, vigilando el contenido de su plato de desayuno.

- ¿Te gustó el bar? – El diseñador terminó de retirarse el maquillaje del rostro, levantó el cubre lecho de su cama, doblándolo cuidadosamente y acomodándolo en la parte baja – Uruha, pregunté si te gustó el bar

- ¿Cuál bar? – Cerró las cortinas, volteó a ver a su novio que se recostaba boca arriba sobre la cama

- ¡Por todos los cielos! a veces creo que no estás consiente la mayor parte del tiempo – Resopló y esperó que Uruha se metiera en la cama con él – El bar del que acabamos de llegar

- Es normal, es igual a cualquier bar de esta ciudad – Se recostó de lado, apoyando la parte superior de su cuerpo en el codo izquierdo, y con su mano derecha empezó a delinearle los labios a su novio, sonrió mirando fijamente a los ojos que estaban libres de los usuales lentes de contacto – Amo verte así, sin maquillaje, sin nada ajeno a lo que eres

- Serás el único, porque ni siquiera yo soporto ver mi imagen “real” en el espejo

- Eres hermoso – Susurró, inclinándose para besarle suavemente los labios y continuó delineándole delicadamente el rostro con la punta de sus dedos – Me gustaría tener salsa de ciruelas para cubrirte con ella y lamerla toda de tu cuerpo desnudo

- ¡Qué asco eres! – Rezongó entre dientes - Deja de buscar excusas para comer porquerías que te engordan – Le tomó con fuerza la mano derecha, quitándosela de encima, lo miró fugazmente y le habló con desgano – Estoy muy cansado, hoy no quiero sexo, es mejor que le digas a Reita que saque el Century del garaje y te lleve a tu apartamento

- Sí no quieres sexo, está bien – Descansó la cabeza en la almohada, pegando sus labios de la mejilla del diseñador – Podemos dormir abrazados toda la noche

- Existe una razón por la cuál te pago un apartamento cerca de este y sabes muy bien que esa razón es porque me gusta dormir solo

- Nada más por esta noche – Suplicó en un suspiro

- Vete ya, quiero dormir – Se movió con algo de violencia, empujando a Uruha lejos de sí y se sentó en el borde de la cama – Ve y dile a Reita…

- Sí, te oí – Habló entre dientes, levantándose por completo de la cama, parándose frente al diseñador – Hace cuatro o cinco años te gustaba dormir conmigo

- Hace cinco años Uruha… - Torció sus labios en una expresión de poco interés, negándose a verlo a los ojos – Hace cinco años eras novedad

Uruha sintió como si una pequeña bomba estallara dentro de su pecho, y aunque en su garganta se comenzaba a formar un nudo, habló lleno de rabia

- Uno de estos días te voy a dejar, uno de estos días enviarás a Reita por mí y no me va a encontrar en el apartamento.

Ruki rió con fastidiosa exageración, menospreciando a Uruha con la mirada - ¿En serio? ¡Eso quiero verlo! ¿Y de qué vas a vivir cuando “me dejes”?

El rubio respiró profundamente, tomando suficiente aire para evitar que su voz se quebrara al hablar - ¡Pues trabajaré!

A Ruki también le estalló una bomba en el pecho, pero una que lo hizo romper en carcajadas, miraba a su novio y se reía cada vez con más fuerza - ¡No, no, esto es un evento, espera! – Se apresuró a abrir la puerta de su habitación y con gritos en risa llamó a su conductor - ¡Ven, Reita, ven a oír esto, porque si te lo cuento no me vas a creer!

Uruha apretaba las manos en puño, sentía la urgencia de gritarle a su novio, pero no encontraba en su ser las fuerzas para hacerlo. Reita entró sonriendo sin saber qué pasaba y fue el diseñador quien lo puso al tanto

- ¿Puedes creer que Uruha acaba de sentenciarme? Dice que uno de estos días me va a dejar, y al preguntarle de qué iba a vivir – Soltó una carcajada más, por nariz y boca – Me dice… Prepárate Reita, que el absurdo es monumental, me dice: “Voy a trabajar”

El momento fue abrumador, Uruha los escuchaba reír a carcajadas, reírse de él y no era capaz de hacer nada, ni de callarlos, ni de irse, tan solo se quedó allí viéndolos retorcerse de risa

- ¿En dónde… haciendo qué, qué sabes hacer? – Reita le preguntó, con plena intención de burlarse un poco más

- ¡Dónde sea! – Gritó sin dejar de empuñar sus manos

- No tienes habilidades – Ruki bajó la intensidad de su risa, y volvió a sentarse en la cama – No estudiaste nada, no sabes hacer nada…

- ¡Me puedo ir al mercado pesquero y cargar cajas todo el día!

Tanto Ruki como Reita guardaron silencio por un par de segundos, pero sus miradas se encontraron y la risa empezó de nuevo

- No aguantarías ni cinco minutos – El diseñador respiró profundamente, controlando la risa que parecía no acabar – Se honesto contigo Uruha, solo hay una cosa que sabes hacer… una que haces muy bien – Lo miró con frialdad y señaló la cama en que estaba sentado – ¡Sabes coger como nadie! Y es justo por eso que no te he tirado a la calle, pero eso no es algo de lo que puedas vivir y menos a la edad que tienes – Se recostó en el tablero de la cama y lo miró lleno de desprecio – Lo sé por experiencia propia, cuando salgo a buscar algún puto para pasar la noche, siempre escojo alguno menor de 20 años… y tu hace un buen rato pasaste por ahí.


La noche no estaba fría, pero Uruha temblaba en el asiento trasero del Toyota Century, su cuerpo se agitaba porque aun estaba lleno de ira y frustración, en su cabeza solo sonaban las risas burlonas de su novio y de Reita, quien aun soltaba una pequeña carcajada de tanto en tanto

- ¿De verdad soy tan absurdo? – Habló suavemente, buscando los ojos del conductor en el retrovisor

- Lo que dijiste hace un rato fue absurdo – Respondió, sin retirar la mirada del camino

- Es mentira eso que me dijo – Con algo de trabajo se pasó del asiento trasero al del copiloto, girando la parte superior de su cuerpo en dirección a Reita, extendió su brazo derecho, acomodando la mano suavemente sobre el brazo izquierdo del conductor – Es una mentira, ¿verdad Reita? Él no busca tipos… él no se acuesta con nadie más.

- No lo sé – Respondió fríamente, levantando su brazo, logrando que la mano de Uruha se resbalara

- Claro que lo sabes… - Exhaló largamente, evidenciando un cansancio que no era físico – Vives en su apartamento… ¡Vives en su maldito apartamento! – Elevó el tono de su voz, comenzando a reír sin muchas ganas – No sé por qué me envidias tanto, tú tienes una mejor relación con él – Palmeó el tablero del auto, en un intento por sacarse un poco la frustración- ¡Tu sí tienes una verdadera relación con él! eres su amigo, su confidente, en cambio yo soy… soy…

El novio del diseñador inhaló una buena cantidad de aire, lo necesitaba, sentía que se ahogaba y odió que sus ojos empezaran a empañarse justo frente al conductor, no terminó la frase, no lo necesitó, para eso Reita siempre estaba dispuesto y habló antes que Uruha dijera algo más

- Un accesorio de lujo, poco práctico, pero indispensable para llamar la atención.

- Gracias – Pronunció ahogadamente – Es muy valiosa tu apreciación mal intencionada – Se volteó en el asiento, casi dándole la espalda a Reita, dibujó círculos en el vapor de su aliento sobre la ventanilla y rió corta y secamente – Y aun así… tu darías la vida por ser también un poco práctico, pero indispensable accesorio de Ruki

- No solo daría la vida – Entrecerró los ojos, mirando a Uruha por el retrovisor –También sería capaz de quitársela a cualquiera

- ¡Ja! Ahora el absurdo que hace reír eres tú – Bostezó, girando de nuevo para enfrentar al conductor – No serías capaz de matar una mosca, no serás capaz de matarme

- Claro que no, tampoco tengo necesidad – Detuvo el auto, y acomodó el espejo retrovisor para que Uruha se viera mejor en este – ¿No te has dado cuenta? Tú ya estás muerto en vida.

Uruha observó en silencio el reflejo de sus ojos enrojecidos en el espejo, dejó por fin que una lágrima se escapara y mientras la gota tibia se resbalaba por su mejilla sonrió, miró fijamente a Reita, moviendo el espejo retrovisor, obligando al conductor a verse en el

- Tu también lo estas, hace más de cinco años, Ruki a ti también te asesinó – Exhaló forzadamente, abriendo la portezuela del auto – Me iré caminando lo que falta del trayecto, necesito pensar y es seguro que tú tienes prisa por volver a tu casa, a complacer hasta el más mínimo capricho de ese ser egoísta que nos asesinó a ambos – Bajó las piernas del auto, pero antes de salir por completo se devolvió, clavando inquisidora su mirada sobre Reita - ¿Te acuestas con él?

El conductor sonrió inclinando su frente, pero elevando sus ojos para encontrarse con los de Uruha – Esa es una pregunta que jamás te voy a responder.

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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Ago 11, 2010 6:54 pm

se ve que lo borré sin darme cuenta, porque en el comentario anterior puse que lo recibi u_u el proximo si o si lo corrijo
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Ago 11, 2010 7:06 pm

me encanto!!
muy buen capitulo!!! ^o^
escribis muy bien nee!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Ago 11, 2010 7:15 pm

2sha LO QUE ESPEREEEEE ESTE NUEVO CAPITULOOOOO!!!!


Aii >_< que lo dejeeeeee que lo dejeeee! >_<

sdfhisfhsldififhuldsifuhafilufhsdilu me encantooooo!

espero el proximo cap nee!?


GENIAL GENIAL GENIAAAAL!!!!!!


hasta entonces!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMiér Ago 11, 2010 8:01 pm

Me encanta! *0*
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 17, 2010 1:59 am

Lo empesè a leer hace un ratito y me lo morfè en 30 minutos XD!

Es genial...me gusta mucho como escrivis, tenès una forma muy especial de relatar y descrivir los momentos, de verdad me atrapò. Creo que me enamorè de Reita y Aoi, son los que màs me llegaron, sobre todo Reita.
Espero el pròximo càp asì toda ansiosa !!!!!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 17, 2010 2:10 pm

Muchas gracias por sus comentarios ♥

Nuevo Cap, ¡Gracias Nao hermosa por la corrección!



-4- De una prisión, lo primero que se escapa es el alma.


Por muchos años Uruha tuvo una forma muy particular de ver el mundo, de ver su mundo. Nunca se detuvo a pensar demasiado en sí mismo, en pensar si poseía esa cosa llamada felicidad o si lo que él sentía como “amor” era real. Nunca lo pensó, hasta esa noche.

La ciudad se le antojaba más enorme y salvaje que nunca, a medida que caminaba miles de rostros se cruzaban en su paso y él solo podía ver amargura en cada uno de ellos. “¿Es posible que nadie sea feliz?”, se preguntó cerrando los ojos, y de inmediato a su mente vino la imagen de aquel simple mecánico que con altanería decidía vivir cada segundo de su tiempo según su propia voluntad. No estaba consciente de sí mismo, por eso como un ente detuvo el taxi y con dificultad le indicó a dónde dirigirse. No sabía la dirección exacta, pero tenía una idea de cómo llegar al taller.

La luz amarillenta en la pequeña habitación sobre el taller de mecánica se apagó gracias al almohadazo que recibió el interruptor. Aoi sonrió por su buena puntería, y se concentró nuevamente en recorrer con sus labios la piel desnuda de su novio.

- ¿Qué me voy a poner mañana? ¡No tengo ropa buena! – Kai levantó con ambas manos el rostro de su novio, alejándolo de su pecho.

- ¡Yo qué se! Te ves muy bien con todo lo que te pones… claro que mejor te ves cuando te lo quitas – Concluyó con una sonrisa pícara que Kai no pudo notar por la oscuridad en que se encontraban. Volvió a bajar su rostro, pegando con fuerza sus labios en el cuello de su novio. – ¡Te voy a arrancar la piel a mordiscos!

- Sí, ajá… tal vez con el traje blanco que compré en rebaja… pero me da vergüenza que Ruki me vea lucir algo de su colección pasada…


Aoi se detuvo, apretó los dientes mientras se arrodillaba en la cama, se cruzó de brazos y resopló liberando así un poco la rabia que comenzaba a sentir.

- Piensas en el enano ése, justo ahora… me estoy desviviendo por sacarte un orgasmo y solo piensas en ese tipo, ¡qué descaro, Kai!

La luz en la habitación fue encendida de nuevo, no por un almohadazo, pero sí por el desnudo Kai que se levantó a prisa de la cama y se quedó ahí de pie, mirando apenado a su novio.

- Mañana es un día muy importante, entiéndeme… No solo voy a llevarle el auto, también me reuniré con él, quiere ver los modelos de autos que he diseñado - Regresó a la cama, arrodillándose frente a Aoi, tomándole suavemente ambas manos entre las suyas, sonriéndole lleno de dulzura – Me dijo que le interesa invertir si mis ideas son buenas… ¿Te das cuenta? ¡nos haremos ricos si todo sale bien!

Los oscuros ojos de Aoi se fijaron sobre el rostro de Kai. Sin querer aceptarlo, el mecánico notó otra vez ese extraño brillo que le cambiaba a su novio la expresión, ese brillo que venía cada vez que Kai hablaba del diseñador.

- Está bien – Pronunció entre dientes – Mejor ve a probarte toda la ropa que tienes, así verás con cual te sientes mejor… ya veo que esta noche no habrá sexo. Es obvio que para ti es más importante el dinero que yo – Se dejó caer boca arriba sobre la cama, cubriéndose el rostro con una de las almohadas.

- ¡Es por los dos! – Se apuró Kai en decir, recostando todo su cuerpo sobre el de Aoi – Esto lo hago por los dos, yo quiero que seamos felices… ¿¡Cuántas veces tendré que decirte lo mismo!?

Kai solo escuchó un gruñido ahogado provenir de su novio, y después de forcejear un poco con él, logró quitarle la almohada con que se cubría el rostro. No dijo una palabra más, decidió que lo mejor para calmarlo era aprisionarle los labios entre los suyos. Aoi sonrió sin ganas y llevó los brazos alrededor de su novio, la punta de sus dedos se hundía suavemente en la espalda de Kai, y el solo hecho de sentir su desnudez danzando sobre su propio cuerpo también desnudo lo hizo olvidar que estaba enojado.

En una maroma casi circense, Aoi logró salir de debajo del cuerpo de Kai, y ahora estaba él encima. Su pecho compartía la sudoración de la espalda de su amante, un “te amo” alcanzó a susurrarle en el oído antes que su mano derecha se deslizara con mesurada violencia por entre las nalgas, buscando con desespero su tibio interior.

Mordiéndose los labios como respuesta a la sensación, Kai levantó inconscientemente la cadera, permitiéndole a su novio entrar en él. Aoi creyó por un segundo que el tema del diseñador estaba olvidado, al menos eso le hacían pensar los prolongados gemidos de placer que Kai emitía en cada movimiento de su cuerpo sobre él… pero se sorprendió de muy mala manera al escuchar a su novio susurrar mientras miraba la puerta de su closet: “Mejor voy de negro… es un color sobrio… no hay error en eso.”

Los pensamientos traicionaron al dueño del taller, que solo sintió a su novio golpearle con fuerza en las nalgas, no de una forma sexual, lo hizo con rabia. Al sentirlo levantarse, giró de inmediato en la cama, buscando el rostro de Aoi con su mirada, ese rostro que parecía expeler fuego por cada poro de su piel.

- ¡Perdóname! – Suplicó con los ojos muy abiertos.

- Mejor termino solo en el baño – Habló entre dientes – Si te vuelvo a tocar será para matarte a golpes.



En una noche normal, Uruha habría caminado lleno de terror por esas calles, pero esa noche en particular tenía demasiadas cosas en qué pensar, el ser atracado o asesinado no siendo una de ellas. Como pudo encontró la calle del taller, después de bajarse del taxi que dio varias vueltas sin poder encontrar el lugar. Vio las puertas cerradas del taller y un frío le recorrió el cuerpo ¿Qué demonios estaba él haciendo ahí? Comenzó a entrar en pánico, si el mecánico no estaba no le quedaba de otra que volver por las feas calles hasta encontrar un taxi desocupado, pero el sonido del azote de una puerta lo hizo mirar hacia arriba. En el segundo piso del taller escuchó la voz inconfundible del mecánico gritando un “¡Tal vez logres volverte rico y es muy posible que ese maldito enano te convierta en su amante también!”


Uruha sonrió al escuchar esas palabras, y no pudo esconder la gracia que producían en él, más aun cuando el mecánico salió por una de las puertas del taller completamente descompuesto, lanzando improperios al aire.

- ¿Tú… qué haces aquí? – Aoi se detuvo de repente, se sintió entrar en la dimensión desconocida al estar frente al rubio.

- ¿Me creerías si te digo que no lo sé? – Respondió sonriendo – Tu novio y tu… ¿peleaban por culpa de Ruki?


- Peleábamos porque Kai es un idiota – Se llevó las manos a la cintura y miró a Uruha con vehemencia - ¿Qué haces aquí, de verdad, se te quedó algo?

“El alma.” Fue lo que quiso responder, pero no lo hizo. Bajó el rostro mirando fijamente el suelo – Yo… solo sentí la necesidad de venir a este lugar, a hablar contigo.

El mecánico no agregó palabra, tomó a Uruha del brazo y lo obligó a caminar con él por varias cuadras sin decir nada, hasta que llegaron a una amplia avenida.

- Toma un taxi y regrésate a tu palacio, acá no tienes nada que hacer…

- ¡No me digas que debo hacer! – Gritó soltando violentamente su brazo de entre la mano de Aoi - ¡Estoy harto que todo el mundo me diga que hacer!

- ¡Oh qué bien, hay alma y sangre debajo de todo ese maquillaje!

- Sí un alma perdida y una sangre desperdiciada… - Bajó la frente sonriendo tímidamente – No te burles de mí por favor, pero yo solo vine porque tu me haces olvidar mi realidad…

- Jamás me burlaría de alguien tan hermoso como tu – Aoi sonrió, tomando suavemente la mano derecha de Uruha entre la suya, apretando un poco los dedos para sentir la sedosa textura de la piel - ¿Quieres venir conmigo a un bar? Así nos olvidamos juntos de nuestras realidades.

El rubio asintió efusivamente con su cabeza, y ambos cruzaron corriendo la avenida llena de autos.


Ruki apoyó la sien en el frío vidrio de la ventana, levantó apenas los ojos para ver a Reita que entraba en silencio en la habitación.

- ¿Lo dejaste en su apartamento? – Preguntó con frágil tono de voz.

- No señor, él se bajó antes, dijo que quería caminar.

- Ah, con razón… - Suspiró extrañamente aliviado - Las luces de su apartamento siguen apagadas – Se alejó de la ventana, cerrando la cortina, caminó hasta su cama sin dejar de mirar a su conductor. - ¿Le crees cuando dice que va a dejarme?

- No, no le creo – Una buena cantidad de saliva tragó el conductor, él con Ruki estaba dispuesto a hablar de cualquier tema, pero Uruha era uno que le alborotaba los jugos gástricos. - Él está muy cómodo con esta vida, no se arriesgará… quiero decir, se moriría de hambre si no está con usted, con su dinero…

El diseñador levanto con pereza las mantas, y se metió en la cama, suspiró quedamente, mirando al vacio – Y… si encuentra otro hombre que pueda mantener su estilo de vida… ¿Crees que llegue a cambiarme por alguien más?

Reita se recostó en la puerta, bajando el rostro le respondió algo en lo que no creía – Es muy posible, a Uruha solo le importa mantener su estatus, para él sería igual usted o cualquier otro hombre…

- ¡Ja! Puede ser… - Bostezó, acomodándose mejor en la cama – Solo que… yo sería capaz de matar con mis propias manos a quien se atreva a tocarlo.

- Señor, no debería ser tan radical en celar sus propiedades – No se había dado cuenta que tenía sus manos empuñadas con fuerza, lo notó al sentir sus propias uñas enterrarse en la piel - Al fin que Uruha no vale tanto.

- Uruha vale el mundo para mí – Afirmó cerrando los ojos, disponiéndose a dormir - Vete a tu habitación a descansar, mañana hay mucho que hacer.

- ¿Necesita algo más antes que me retire? – Sus labios temblaron, y rezó porque el diseñador no lo notase.

- Lo qué necesito… no me lo puedes dar tú. Ya vete Reita, quiero dormir.

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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 17, 2010 3:08 pm

;________________; pobre aoi y pobre reita! xD los dos son los personajes que mas me gustan!
me sorprendio RUki a lo ultimo O.O
la verdad me gusta mucho como viene esto *O*
espero lo sigas!
gracias x el cap~
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 17, 2010 4:56 pm

Reitaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Me gusta mucho ese personage...mal.
Y tambièn me copa mucho los planteos personales que se hace uruha. Esta muy bueno.
De verdad te esta quedando muy lindo! Uhhh, el final es ALTO palo de que se vienen ALTOS quilomboooo!!

Espero el pròximo càp!
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Desshi
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 17, 2010 5:08 pm

A LA MIERDA! 2sha

Kai es un pelotudo -_-'

Reitaaaaaaaaaaa >_< me da lastima u.u

espero el proximo capituloooooooooooo! quiero saber de uru y aoi *-*!!!
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeVie Ago 20, 2010 1:40 pm

Gracias por sus comentarios!!! ♥ Y gracias Nao de mi vida por la correción ♥♥♥
Este cap es laaaargo, pero necesario (?)

espero les guste!!


-5- “Los cuentos de hadas… solo son cuentos, y las hadas no existen”


Si algunos años atrás alguien le hubiera mostrado el futuro a Uruha o a Reita, tal vez no habrían luchado tanto esa noche para entrar a ese bar. Pero ver el futuro es imposible, y si se hace difícil reconocer y aceptar la realidad en que se vive en el presente, imposible sería aceptar la visión de un futuro que no nos gustaría vivir.

La fascinación que Reita sentía por el diseñador era profunda y absurda; Uruha siempre lo pensó, pero nunca se lo dijo. Reita era su mejor amigo y para no herir sus sentimientos callaba, como también para no herirlo aceptó ir con él a ese bar, la noche en que Ruki presentaba su segunda colección. Él era el chico dorado de la moda en Tokio y al igual que Reita, millones de personas se encontraban fascinadas, al punto de promulgar una devoción casi herética por él.

Tal como Uruha lo había pensado, la entrada al bar sería imposible. Una alfombra roja se extendía desde la puerta de entrada hasta la calle, en que se detenían los lujosos autos de los que se bajaban celebridad tras celebridad; sobra decir que la seguridad del evento era extrema, y la gente común como ellos se agolpaba por centenas a lado y lado de las cintas de terciopelo.

- Creo que solo lo podrás ver desde lejos Reita, esta no será la noche que tanto anhelas.

- ¡Vamos a entrar Uruha! Cómo sea, así tengamos que abrir un hueco en el techo…


La atención de Reita estaba puesta en la gente que se bajaba de los autos, mientras secaba el sudor de sus manos en los bolsillos del pantalón y se repetía mentalmente: “No te vayas a desmayar cuando lo veas pasar”. Uruha, por su parte, veía para todos lados buscando una manera de burlar la seguridad del local, su amigo le había contagiado la ansiedad y si era algo tan importante para Reita, lo debía ser para él también. De todas formas, su mejo amigo jamás se había negado a seguir alguno de sus caprichos.

- ¡Los de la comida! –

Reita solo escuchó el grito de Uruha antes de empezar a correr halado del brazo por él. No sabía a dónde iba, sus pasos eran torpes porque su cabeza estaba volteada hacía atrás tanto como le era posible, sus ojos sin despegarse de la alfombra roja. Temía perderse la entrada de Ruki al lugar, pero llegó un momento en que sus ojos solo vieron la pared de ladrillos de la parte trasera del bar.

- ¡¿Qué demonios haces Uruha!? –

- ¡Cállate y sígueme! –


La mini van del servicio de comidas estaba estacionada frente a la entrada de servicio del bar. Uruha se las ingenió para escurrirse sin ser visto, tomó dos delantales y dos bandejas llenas de comida, le hizo una señal a su amigo para que lo alcanzara, y ambos, con los delantales puestos y llevando una bandeja cada uno entraron llenos de nerviosismo al bar por la puerta de atrás.

Tuvieron que esperar algunos minutos a que el diseñador llegara, y después de eso esperaron una hora más a que la prensa y la gente dejaran de asediarlo. Una vez Ruki estuvo “solo” (porque de todas formas a donde se moviera dentro del bar un séquito de cinco personas lo seguía), decidieron ir a hablarle… ‘decidieron’ siendo más bien un eufemismo de que Reita casi le arrancó la piel del brazo a Uruha y lo hizo atravesar en segundos todo el bar, solo para detenerse de repente a dos metros de distancia, voltear su pálido rostro hacia su amigo y con débil voz asegurarle que no era capaz de hablarle.

- ¡No me jodas Reita, todo este esfuerzo para nada! – Le dio una profunda mirada de desaprobación y después de resoplar resignado, le sonrió – Yo le hablo.

Nunca debió hablarle, es más, para ambos hubiera sido mejor que se dieran media vuelta y salieran de ese bar tan pronto como les fuera posible, pero al destino le gusta reírse de nosotros. El diseñador fijó su mirada en el joven que se acercaba a él, su ropa le informó que no pertenecía a ese lugar ni a ese ambiente y se llenó de curiosidad. Por eso cuando su agente de seguridad personal iba a detener a Uruha, le hizo un gesto con su mano, indicándole que lo dejara acercarse.

- Señor Ruki – Después de hacer una simple venia para saludarlo, señaló a Reita y comenzó: – Él que está ahí es Reita, mi mejor amigo y es un gran admirador suyo.

- ¿Y tú, cómo te llamas? – el diseñador ni siquiera puso sus ojos sobre Reita, estaba demasiado concentrado en comerse las facciones de Uruha con la mirada.

- Uruha, pero mi amigo es un gran fan de su trabajo…

- ¿Y tu no? – Preguntó con una sonrisa.

- Yo… - Las luces del bar eran bajas, así que nadie notó el rojo en sus mejillas por la vergüenza. Pensó en mentir, pero optó por ser honesto, de todas formas le daba igual lo que ese diseñador pudiese pensar. – No señor, solo he visto lo que hace porque Reita pega sus fotos y artículos de revista en la pared de su habitación.



Ruki no dijo nada, aunque sintió una extraña rabia carcomerle los intestinos. Desde que había obtenido cierto reconocimiento no había conocido a una sola persona que no lo admirara. Giró su rostro, buscando a Reita y al hacer contacto visual con él, le pidió que se acercara sacudiendo su mano en el aire. – Ven Reita, siéntate en mi mesa – Levantó la mirada a Uruha – tu también puedes acompañarnos.

La noche avanzaba rápida para Reita. Tema tras tema fue abordado por el diseñador, y se sorprendió gratamente al darse cuenta que en el fondo se parecían mucho y tenían ideas y conceptos muy similares sobre casi todo en la vida. Por eso cuando uno de los acompañantes del diseñador les indicó que era más de media noche y hora de irse, se sintió afanado por pedir o darle su número telefónico, aunque los nervios de nuevo no lo dejaron hablar. Todos se rieron cuando Ruki les pidió a él y a Uruha acompañarlo a su apartamento a seguir bebiendo y Reita pronunció un sincero y ruidoso “Ahhh ¡Gracias!”

Esa no fue la única noche que ambos amanecían en una fiesta en casa del diseñador; poco a poco se convirtieron en invitados regulares, aunque muchas de esas fiestas estuvieran llenas de gente más importante que ellos, y en múltiples ocasiones Reita no pudiese hablar con él. Para Ruki la presencia de ambos se tornaba cada vez más importante: Reita era demasiado inteligente y mantenía a sus invitados animados e interesados, Uruha por su parte era demasiado hermoso y extrañamente los halagos por esa belleza se los decían a Ruki - quien comenzaba a pensar en los beneficios extras a su reputación que alguien como Uruha podría traerle.

Después de un par de meses de conocerse, en uno de esos amaneceres en el apartamento del diseñador, Reita aprovechó que la mayoría de invitados se había ido, y aunque Ruki estaba casi dormido en un futón en la pequeña terraza, se sentó a su lado, ya los nervios no lo consumían tanto como antes y era capaz aunque con timidez de hablarle al diseñador.

- Cuando el licor es gratis, todos beben como animales.

- Ese licor no les sale gratis Reita, se los cobro… cada vez que hablan bien de mi en las entrevistas, cuando compran una prenda que he diseñado, cuando se pelean entre ellos por venir a mis fiestas… nada es gratis en la vida.

- ¿No se cansa de tanta adulación?

- No – Se acomodó mejor en el futón, sentándose para encarar a Reita – No me canso porque sé que es solo eso. De esas personas no me interesan las palabras, además tengo gente cercana a mí que me hace sentir real, gente honesta conmigo, gente como tu.


Era el primer halago que Reita recibía del diseñador, su pecho se infló de orgullo y no pudo ocultar una enorme sonrisa, no pudo pronunciar otra palabra más, lo único que quería era saltar de alegría por toda la terraza.

- Y de gente como Uruha… que ni siquiera me considera una estrella, él sí que me hace sentir real.

- Uruha nunca sabe dónde está parado – Se apuró a decir, ahora su alegría se había manchado.

- Él me gusta Reita, pero… siempre siento que ando persiguiendo mariposas con la red rota, él es tan… efímero. ¡Ja! No sé si esa palabra sea la indicada.

- Con todo respeto, usted no le interesa de esa manera… de hecho, usted no le interesa a Uruha de forma alguna.


Inocentemente Reita pensó que sus palabras frenarían las intenciones del diseñador, pero lograron el efecto contrario. Debió preverlo, Ruki siempre perseguía aquello que la gente denominaba como “imposible”… él siempre tenía que ser la excepción a la regla.

Las semanas pasaban y Reita notó de repente que en lugar de acercarse más a Ruki, se alejaba. La culpa era de Uruha quién se cansó de las insinuaciones del diseñador y dejó de ir a las fiestas, por eso Reita dejó de ser invitado también. Era hora de arreglar esa situación y una noche en su habitación mientras jugaba videojuegos con Uruha puso el tema de conversación.

- Este fin de semana, deberíamos ir a casa de Ruki, hace mucho no salimos de fiesta…

- No… me da pereza ir allá, mejor vamos a un bar y escuchamos una buena banda en vivo.

- Uruha, vamos este sábado por favor, me muero de ganas de verlo.

- Reita… - Uruha pausó el juego de video, y le habló a su amigo mirándolo directamente a los ojos. – Ruki me cae bien, pero él no entiende que no quiero nada con él, y me molesta mucho que siempre que vaya a sus fiestas a toda costa me quiera meter en su cama.

- Solo una vez más, Uruha, por mí – Se arrodilló frente a su amigo, sonriéndole lleno de ilusión y repitió: – Por mí, hazlo por mí…

- Lo siento Reita, te quiero mucho y si algún día hace falta te daré uno de mis riñones agotados por el alcohol… pero ir otra vez a ese apartamento, no.

- Pídeme cualquier cosa a cambio, lo que sea – Desesperó, y después de escuchar un fuerte “No” decidió recurrir a un arma que tal vez doblegaría la voluntad de Uruha. Extendió ambas manos tomándole suavemente el rostro a su amigo, acercándolo al propio y después de humedecerse los labios, lo besó.

- ¡No empieces con eso Reita! – Acató a decir después de desprenderse – ¿Tanto te importa ese tipo? – No fue una pregunta, fue un reclamo. – Después del infierno que vivimos el año pasado, y después que juramos nunca más involucrarnos de esa forma… ¡Agh! Reita – Uruha se cubrió el rostro con ambas manos y así, oculto entre sus dedos continuó hablándole. – Juramos que nuestra amistad valía más que el sexo, ¡Y ahora me quieres chantajear con eso! – Se descubrió el rostro y se levantó, estaba lleno de ira y no la ocultó. - ¡Esta bien, el sábado iremos a esa fiesta, aunque ya ni nos invitan, pero es la última vez Reita, y si vuelves a hacer lo que hiciste, te dejo de hablar un mes completo!


Para evitar que les impidieran entrar llegaron más temprano de lo usual, solo bastó con decirle al portero que anunciara la presencia de Uruha para que los dejaran subir al apartamento. Ruki estaba vestido con ropa de casa, nunca lo habían visto así y Uruha no se contuvo el impacto que le causó verlo sin maquillaje y sin diez litros de fijador para cabello.

- ¡Oh, pero si pareces otra persona! – Se cruzó de brazos mirando al diseñador de arriba abajo – Te ves mejor así.

- ¡Ay calla Uruha, parezco un espantapájaros! – Sonrió.

- No, te ves “real” además, eres más bonito sin adornos que con ellos.

- ¡Ja, ja! Dile eso a mis fotógrafos, jamás me sacarían una foto en este estado deplorable… – Solo se tiraba abajo para recibir más halagos del objeto de su afecto… o ¿del objeto de su obsesión? En ese momento para Ruki era lo mismo.

- ¡Están ciegos y son tontos tus fotógrafos!

- Señor – Uno de los empleados de Ruki interrumpió el intercambio de palabras. – En quince minutos llegan los tres hombres que seleccionamos para la entrevista de conductor.

- ¿¡Estás buscando un conductor!? – El rostro de Uruha se iluminó por completo, encontró ahí la forma de que Reita siguiera en contacto con el diseñador y así él poder seguir su vida tal como era. - ¡Reita es el mejor conductor que conozco, además, está buscando trabajo!

- ¿Es vedad Reita? – Ruki le preguntó con una sonrisa.

- Sí señor… yo…

- Uruha, ¿Me lo recomiendas? – Lo interrumpió, para seguir en su coqueteo con Uruha.

- ¡Totalmente! – Y suplicó en su mente para que su amigo fuera contratado.

- ¡Bien, creo que no hay necesidad de entrevistar a nadie, tengo conductor personal nuevo! – Ruki ignoró la expresión de alegría en el rostro de Reita, de hecho ignoró por completo a Reita. – Uruha, ¿me acompañas a escoger que atuendo ponerme para la fiesta?


A regañadientes Uruha aceptó, igual estaba tranquilo porque pensaba que esa sería la última noche que vería al diseñador. Ahora Reita no tendría razones para pedirle su ayuda y él no tendría que preocuparse más. Pero de nuevo, el destino no se cansa de hacernos girar al son que le plazca, por eso, esa noche que Uruha pensaba sería la última, solo fue la primera de miles más.

El diseñador se miraba insistentemente en el espejo y sonreía - Tu eres extraño Uruha, yo me siento otro contigo… no, no otro, me siento yo mismo.

- Ah, sí… que bien – solo miraba el techo y las paredes, deseando irse.

- Eres muy especial, demasiado honesto y eso vale mucho…

- No, no soy tan honesto… de hecho, ni siquiera quiero estar aquí, vine solo porque Reita se moría de ganas de verte de nuevo.

- ¿Le gusto mucho, no?

- Demasiado… es triste, porque no lo tienes en cuenta para nada.

- Es que quién me gusta…

- Soy yo, lo sé – Resopló un poco molesto, se acercó al diseñador inclinándose un poco para hablarle a la cara: – Ruki, me caes bien, pero no puedo sentir nada por ti.

- Es porque no me conoces bien, dame tiempo Uruha… – Con el dorso de su mano derecha le acarició suavemente la mejilla. – Un mes, sal conmigo un mes, si al cabo de cuatro semanas sigues sin sentir nada te juro que no te vuelvo a buscar.


¡Ah Uruha! Debió haber dicho que no, pero lastimosamente cuando el suave dorso de la mano del diseñador se posó sobre su rostro, sintió un extraño cosquilleo en todo su cuerpo y una bonita sensación de calidez. ¿Extraño no? Él que siempre le huyó, ahora se llenaba de curiosidad y para calmarla, besó tímidamente al diseñador, y cuando sus labios chocaron fue el fin: esa cosa llamada química se impuso en Uruha, dejando a un lado el desinterés que antes le generaba el diseñador. Así, y aunque Ruki lo sintió también, a pesar de darse cuenta de lo que ahora producía en Uruha, no le fue fácil terminar de convencerlo. El problema dejó de ser lo que pudiese o no sentir Uruha, el problema entonces fue Reita.


- Somos amigos desde hace mucho tiempo… Y una traición de estas no me la voy a permitir. – Lo decía de dientes para afuera, porque su cuerpo tembloroso y sus manos curiosas indicaban lo contrario, cerraba los ojos cada vez que Ruki lo besaba y aunque no quería luchar más, le impedía al diseñador quitarle una sola de las pendras que vestía. – Es mi mejor amigo…

- Pero yo estoy loco por ti… – El diseñador susurró con su profunda voz, logrando que el temblor en el cuerpo de Uruha aumentara.

- No… no puedo… – Aunque su cuerpo gritara lo contrario, se despegó de entre los brazos del diseñador, yéndose hacia la puerta de la habitación. – Lo lamento… de verdad… pero no voy a hacerle esto.


Atravesó corriendo el pasillo que de la habitación de Ruki conducía a la sala y frenó frente a Reita que lo miraba de forma extraña; Uruha no supo si era odio lo que percibía, o solo decepción.

- ¿Qué hacías tanto tiempo encerrado en su habitación?

- Na… nada… hablamos – Inhaló profundamente, esquivándole la mirada a su amigo. – Me voy ya… no quiero seguir aquí

- ¿¡Te hizo algo malo!?

- No, no te preocupes… no me hizo nada malo… solo hablamos, Reita, mejor me voy – Estaba ansioso y no podía ocultarlo, una parte de él quería regresar de inmediato a esa habitación, y la otra quería irse de una buena vez lejos de ese lugar.

- Cuéntame qué pasó, estás demasiado nervioso – Reita preguntó, aunque ya sospechaba lo sucedido, apretó los dientes tragándose la frustración y esperó a que Uruha le dijese algo, pero él no lo hizo, tan solo se fue del lugar.


Es despreciable en lo que el amor nos convierte a algunos, el amor intenso y puro siempre busca la felicidad del ser amado por encima de la propia. Las semanas pasaban y Ruki no tenía noticias de Uruha, ni siquiera por medio de Reita porque después de esa noche se había enfriado el contacto. El diseñador desesperaba, no era únicamente la obsesión de tenerlo por fines frívolos, lo que más deseaba en ese momento era volver a besarlo, volver a tenerlo tembloroso entre sus brazos y sentirse de nuevo la persona que Uruha le hacía sentirse ser.

Para fortuna o mala suerte de Reita, la amistad de ambos se fortificaba: ya no era solo su conductor, ahora Ruki confiaba plenamente en él y siempre lo consultaba antes de tomar cualquier decisión. También le confiaba todos sus secretos y anhelos, y para Reita fue imposible ignorarlo esa noche de otoño en que con lágrimas en sus ojos le dijo:

- Reita… ¿Harías cualquier cosa por mí?

- Sabe que daría el mundo por usted.

- Tráelo a mí, dile que no me amas, que no te importa que esté conmigo… dile que quieres que esté conmigo… - Recostó su frente sobre el hombro de su conductor y quedamente le susurró – Sabes que siempre tendrás un lugar muy especial en mi corazón, pero si Uruha no está conmigo, yo me voy a morir de dolor.


¿Qué otra cosa podría hacer un hombre enamorado? Reita solo pudo hacer una, darle al hombre que amaba la “felicidad” en bandeja de plata, y con el corazón destrozado convenció a Uruha que su amor por el diseñador era cosa del pasado. Le aseguró que todo estaba y estaría bien, y así fue por unos cuantos meses, hasta que Uruha se dejó envolver tanto en el universo del diseñador que se olvidó de quién era, hasta que Reita no pudo soportar la frustración y el dolor, y su único escape fue empezar a odiar a quién fue su mejor amigo.

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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeVie Ago 20, 2010 3:46 pm

Me hizo pelota...
Esta capítulo me hizo el hoyo de una .__.

OMG.... no se.. me quedé muda.

Espero la proxima actualizacion, nee?
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Neko
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeSáb Ago 21, 2010 11:33 pm

;______________________;
pobre reita
me mori..... me hizo mierda

seguilo please
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Megumi-kun
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeLun Ago 23, 2010 8:50 am

FUCK!!...

esta demaciado bueno!!!!!!!!!!!!!! 1sha

Ay deos, me encanto el personaje de reita y el de uru X3!!

Espero con ansias el proximo capitulo
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 31, 2010 2:28 am

Gracias a todas por los comentarios ♥ y mil gracias a la sexy Nao por la corrección ♥


-6- “Spinning head, beating heart”

Aoi cruzó sus brazos, recostando bien su espalda en la silla.
El bar estaba a media capacidad, y ambos se sentían demasiado cómodos en compañía del otro, tanto así que no les importó el mal servicio o que la música que sonaba no fuera tan buena. El mecánico prestaba especial atención a las palabras de su acompañante, lo escuchó en total silencio cuando Uruha le hablaba de su relación con Ruki: nada podía opinar, además el rubio estaba dejando salir todo el dolor que sentía, le estaba abriendo su alma y Aoi solo podía escuchar y asentir… aunque dentro de él la rabia contra el diseñador aumentara progresivamente en cada palabra llena de amargura que Uruha pronunciaba.

- Después de unos meses, él empezó a compensar el tiempo que no pasaba conmigo dándome regalos. Los odiaba al principio, pero después de un tiempo esos objetos se convirtieron en las únicas muestras de afecto que Ruki tenía conmigo… y ahí comenzó el círculo vicioso. Yo empecé a darles un valor extra a cada uno de esos regalos, entre más costosos eran, más grande sentía que era su amor por mí… y él… bueno, él empezó a creer que solo me hacía feliz su dinero y por eso cada regalo siempre es mejor y más costoso que el anterior.

- ¿Nunca han hablado sobre eso? – Descruzó sus brazos para alejar la botella de sake del alcance de Uruha.

- ¿Estoy bebiendo muy rápido? – Sonrió apenado – Lo siento, a veces no me sé medir… y no, nunca hemos hablado de eso, lo he intentado, pero Ruki nunca quiere escucharme.

- Oblígalo a escucharte –

Uruha tan solo rodó sus ojos, sabía que eso era imposible, le sonrió de nuevo al mecánico y apoyó ambos codos sobre la mesa, acercándose más a él.

- Tu turno… ¿Por qué peleabas con tu novio?

El mecánico suspiró profundamente, inclinándose también sobre la mesa para acercarse a su interlocutor.

- Porque no quiere cumplir bien sus funciones “maritales” – Susurró.

- ¡Ja, ja! ¿En serio por eso te enojaste?

- ¡¿Y acaso no es suficiente motivo?! ¡¡Es el principal de todos los motivos!! – Bromeó, pero inmediatamente después su expresión cambió – La verdad, siento celos… Kai está muy alejado de mí, su mente está siempre en otro lugar… en otro hombre…

- ¿En mi novio?

- En tu maldito novio… sí.

Al mismo tiempo los dos llevaron al piso la dirección de sus miradas, y un pensamiento casi igual se les cruzó por la mente, pero fue Uruha quién lo dijo en voz alta, sin atreverse a mirar al mecánico a los ojos:

- Deberíamos intercambiar parejas…

- ¡Ja, ja! Justo eso pensé, pero no… amo mucho a ese imbécil, no me veo capaz de estar sin él.

- ¿Y te vez capaz de estar con alguien como yo? – De nuevo, su mirada no se atrevió a buscar el rostro de Aoi

- No tendría cómo mantenerte, tienes un carísimo estilo de vida – Rió.

- ¡No soy un mantenido! – Casi gritó, y su mirada se cruzó con la fuerte mirada de Aoi que lo veía sonriendo.

- Solo bromeaba, no te enojes… pero es verdad. Tú sí eres un mantenido, tal vez no por gusto, sé que es por costumbre, pero eres un mantenido… uno muy amargado.

- ¡Cállate! – Lo dijo lleno de rabia, levantándose a prisa de la mesa, se bebió de un solo sorbo lo que quedaba en la botella de sake y la puso fuertemente sobre la mesa - ¡Ya me cansé de hablar contigo! Además… tú también eres un amargado, al menos mi novio me demuestra afecto con sus regalos, en cambio el tuyo ni siquiera se quiere acostar contigo por estar pensando en el mío.

Aoi no pronunció palabra alguna, su mirada llena de rabia fue suficiente para comunicarle a Uruha lo que pensaba y sentía, el rubio tampoco dijo nada más, se dio media vuelta y se fue del bar.

Resoplaba fuertemente mientras caminaba sin rumbo, no tenía la más mínima idea de en qué lugar estaba, solo seguía el sonido de los autos en la autopista. Seguro no estaría muy lejos, pero ese sonido se acallaba con las palabras de Aoi que retumbaban en su mente: “mantenido… mantenido… mantenido…” Tal vez Uruha nunca se habría autocalificado de esa manera, pero en ese momento se dio cuenta que eso era, un pobre mantenido.

- ¿Para adónde vas?

Por poco le da un infarto cuando sintió la mano que lo tomó con fuerza del brazo, y se tardó en reconocer la voz de Aoi porque éste habló con un grueso y bajo susurro.

- Por este camino no llegarás a la autopista.

- ¡Déjame, yo puedo encontrarla solo, no necesito de nadie y menos de un mecánico con frustración sexual!
Aunque Uruha luchara por liberar su brazo, Aoi no lo soltaba, al contrario, lo apretó con más fuerza y lo obligó a acercarse a él.

- ¡Claro que si necesitas de alguien! Siempre necesitas de alguien, de Ruki para que te page las cuentas, de mí para hacerte ver que tienes una vida de mierda…

La mirada de Uruha era fuego puro, dejó de luchar por liberarse y se paró bien frente al mecánico, pegando casi los rostros y aunque tenía mucha rabia le habló con exagerada calma.

- Te crees mucho… ¿Verdad? Te crees mejor que yo porque trabajas para ganar lo que llevas a tu boca, te crees mejor que Ruki porque todo en ti es “real”, y te crees mejor que Kai porque tu amor por él “sí” es… puro… pero no es así… - Sonrió sutilmente antes de posar sus labios sobre los de Aoi, no hizo nada más que eso, acercarle los labios. El mecánico se encargó del resto; de abrir un poco la boca, de apresarle los labios con violencia entre los suyos y fue él quién soltó el brazo de Uruha para tomarlo con fuerza por la cintura y asirlo más cerca. Tan cerca que los latidos de sus corazones fueron sentidos por el otro.
Uruha se limitó a esperar que el mecánico terminara de besarlo y volvió a sonreírle, esta vez con una extraña expresión de suficiencia.
– ¿Ves? No es así… no eres mejor que ninguno de nosotros y tu amor por Kai no es tan invulnerable como lo creías… ¿Por qué demonios viniste a buscarme, no estabas cómodo en el bar?

- Muérete – Pronunció secamente, soltando al rubio – Sigue por donde ibas caminando… a lo mejor tendré la suerte que un vagabundo ebrio o drogado te confunda con una mujercita y te asesine.

- A lo mejor… mis problemas quedarían completamente resueltos, aunque los tuyos… no creo.

Empezó a caminar detrás del mecánico que emprendió la marcha con rapidez. Uruha apenas si podía seguirle el paso, pero aun así continuó hablándole.

- Es más, si muero tus problemas empeorarían, porque Ruki me buscaría de inmediato un reemplazo y tu noviecito es demasiado bonito… Con algunos billetes Ruki haría maravillas en él… ¡Y de seguro Kai estaría más que feliz en agradecer las atenciones gimiendo de placer en la cama de mi sádico novio!

- ¡Maldito seas, Cállate! – Giró hacia atrás al detenerse, tomando a Uruha de los brazos, sacudiéndolo violentamente mientras le gritaba en el rostro - ¡No pongas esas imágenes en mi mente, no soporto imaginar a Kai con nadie más!

- ¿Y tú si puedes imaginarte con alguien más? – Aunque le dolían los brazos por la presión que Aoi ejercía en él, le sonrió ampliamente - ¡Qué cosas digo! Obvio que puedes, ese beso que me diste tenía mucha ansiedad… creo que le tienes ganas a este mantenido.

- Sí… - Dejó de apretar sus manos sobre los brazos del rubio, empezó a deslizarlas despacio hasta tomarle las manos entre las suyas y sonrió lleno de cinismo – Tengo ganas de ti, mantenido, pero no tengo con qué pagarte los mismos servicios que le prestas a Ruki… y la verdad no sé cómo negociar con los de tu clase… ¿Se les paga antes o después?

- ¿Crees que con eso me voy a ofender? Yo no soy Kai, no estoy buscando lo que no se me ha perdido, así como lo hace él.

- Sí no estás buscando lo que no se te ha perdido… ¿Qué demonios haces aquí, por qué fuiste al taller?

Uruha liberó sus manos de entre las de Aoi, cruzándose apretadamente de brazos, sin intención alguna de contener el par de lágrimas que brotaron de sus ojos.

- Lo acepto, sentí una tremenda urgencia de verte, de hablar contigo… Eres la única persona en muchos años que me ha escuchado, que me ha notado, que me ha hecho sentir que soy humano…

Las ásperas manos del mecánico temblaron cuando sintieron la suavidad de la piel del rostro de Uruha, y sus dedos se movieron suavemente acariciándole los pómulos. Suspiró quedamente dejando caer su frente sobre el rostro del rubio.

- No deberíamos descargarnos mutuamente la rabia que tenemos contra otros… yo… - Besó tiernamente los ojos de Uruha, limpiándole las lágrimas y pegó después sus labios al oído del rubio, susurrándole ahogadamente – Eres el ser más hermoso que he visto en mi vida.

- ¿Más hermoso que Kai? – Preguntó moviendo su cabeza, buscando con desesperación los gruesos labios de Aoi.

- Jamás pensé que podría decir algo así… pero… eres mucho más hermoso que él.

El corazón de Aoi se sobresaltó cuando sintió el ahogado suspiro que Uruha emitió cerca a su rostro, y una reconfortante tibieza le invadió el pecho. El aliento alicorado del rubio era dulce al igual que el aroma de ese dorado cabello, hasta ese momento el mecánico creía firmemente que ningún hombre diferente a Kai podría producir en él tantas sensaciones, y nunca imaginó que se moriría por besar otros labios. Se sintió culpable cuando notó la dureza entre sus piernas.

- Vámonos…a algún lugar donde podamos estar juntos, Aoi… llévame a otro lugar… - Uruha deslizó ambas manos por entre la camisa del mecánico, las palmas completamente abiertas recorrieron con ansiedad la piel que progresivamente aumentaba de temperatura – Quiero… desnudarte, quiero conocer cada centímetro de tu cuerpo…

Los brazos del mecánico se contraían cada vez más alrededor del cuerpo del rubio, lo apretaba con fuerza y aunque no quería dejar de aspirar el aroma de ese hombre, se esforzó por liberarlo y retroceder un par de pasos, alejándose un poco, mordiéndose con furia los labios por lo que estaba a punto de decir.

- Es mejor que te vayas a tu casa, es mejor que yo regrese al taller, tú tienes un novio, yo también… No somos libres Uruha… y por un simple deseo no deberíamos arriesgar lo que tenemos.

- ¿¿Qué tenemos?? – Levantó furioso el tono de su voz – Yo tengo una relación de mentiras y odio disfrazado de amor, y tú tienes un noviazgo agonizante, con un hombre que no te cuenta en sus prioridades… Mira qué hora es y no hemos podido despegarnos… no te quieres alejar de mí y yo no quiero alejarme de ti… – Bajó el rostro, cruzándose de brazos, pateando algunas piedrecillas en el asfalto – No quiero irme a casa, por primera vez en muchos años me siento vivo, tú me haces sentir así…- Su mirada se elevó, clavándose fijamente en los ojos de Aoi – Quiero hacerte el amor, quiero que sea hoy mismo y sé que tu también te mueres por tenerme desnudo entre tu piel.

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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitimeMar Ago 31, 2010 2:31 am

LO BESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO


basta, amo las caracterizaciones, de verdad que si.
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MensajeTema: Re: [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]   [FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-] Icon_minitime

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