Recordaba la forma en que había conocido a Ruki por sobre todo lo demás, la forma en que su corazón había latido cuando el menor le había permitido usar su equipo, como la sonrisa del menor le parecía arrebatadoramente hermosa, como jamás había perdido esa sonrisa al dedicarse a él, como lo había recordado cuando Yune se había ido, la forma en que casi fue telepatía su encuentro y su posterior unión a Gazette. Suspiró, lo amaba tanto, desde el primer instante, desde la primera palabra, el primer roce de sus manos, y en estos seis años jamás había sido capaz de decirle tan solo ‘te aprecio mucho’, jamás había podido estar totalmente a solas con él sin querer salir corriendo, como fingía que le molestaban cosas de él cuando en realidad… lo amaba todo.
Golpeó contra la puerta de su habitación con fuerza, maldiciendo en voz alta su enorme estupidez. La oportunidad perfecta, Ruki lo había invitado a estar a solas con él, a pesar de no haber hablado una palabra durante el viaje, aún así quería tenerlo cerca. Se dejó caer de rodillas mientras las lágrimas no tardaban en brotar.
- Ruki… - gimió mientras golpeaba su cabeza contra la pared lentamente, dejándola finalmente, recargada en ésta
Nunca creyó que no tendría fuerzas para salir a trotar esa mañana, ni la siguiente, tampoco se presentó a los ensayos, alegando una repentina enfermedad, prefiriendo quedarse en cama. Llorando. Se sentía por demás patético, mirando las revistas que había coleccionado con la imagen de Ruki en ellas, adorándolo como si no pudiera tenerlo, todo a causa de su cobardía. Era algo tan fácil como saludarlo, pero el miedo a ser rechazado era por demás fuerte, el vocalista era tan voluble y parecía estar realmente interesado en Reita como para percatarse que Kai moriría por él. O tal vez sólo estaba siendo pesimista. No, definitivamente Reita tendría más posibilidades con Ruki que él, cualquiera tendría más posibilidades que él. Y allí estaba el bajista, mirándolo con ojos de papel…. Un arranque de celos lo obligó a arrojar la revista contra la pared, viéndola desarmarse por el golpe y caer con un ruido seco al piso. Rodeó sus rodillas y escondió el rostro entre ellas, volviendo a llorar por tercera vez en lo que iba de la mañana. Sentía su pecho doler, su corazón desquebrajarse, gimiendo de dolor entre las lágrimas, no oyó su teléfono sonar hasta el tercer timbre. Levantó la cabeza e hizo silencio, no lo había imaginado, estaba sonando. Salió de la cama y corrió hasta la sala al reconocer esa adorable canción que Ruki y él habían tenido la oportunidad de cantar un día de diversión en un karaoke. Tomó el celular con manos temblorosas, el sonido no mentía, tampoco el identificador.
- ¿Hola? – preguntó con la voz algo ronca
- Kai – respondió Ruki preocupado del otro lado - ¿estás bien? Has cancelado todos los ensayos de los últimos días, no has aparecido en las sesiones ni en las entrevistas, perdimos mucho trabajo, tú no eres así ¿qué pasa? – el vocalista bajó la voz considerablemente - ¿acaso quieres dejar Gazette?
Kai odió por un momento que su amigo fuera tan verborrágico y carraspeó en un intento de acomodar su ronca voz para no sonar tan… ¿patético?
- No, no, claro que no, sólo he estado enfermo, eso es todo…
- ¡Oh! – soltó Ruki algo preocupado, y habló algo apenado – lamento que te enfermaras, seguramente es por la vez que volvimos a pie… hacía mucho frío… debimos ir con Reita…
El baterista lo sintió como un duro golpe al estómago, recordar esa vez… cuando había rechazado la invitación de Ruki de entrar en su casa, de estar a solas con él. Pateó la pared molesto, notando la tardanza de su respuesta.
- ¿Kai? –oyó tímidamente del otro lado
- Aquí estoy – respondió algo molesto
- ¿Vendrás al ensayo de mañana? … ¿por favor? – suplicó con esa voz dulce que podría derretir el más frío hielo
Kai sabía que no podría resistirse, por más que apretara los dientes y mordiera su labio, la respuesta seguiría siendo la que el menor deseaba…
- Sí…. Allí estaré
Terminó la conversación algo abruptamente, sintiendo las lágrimas volver a caer de sus irritados ojos, deteniéndolas con un fuerte suspiro, pensando qué usar para desaparecer la hinchazón en sus párpados para el día siguiente, cualquier cosa que mintiera acerca de su estado frente a los observadores ojos del vocalista. Se mantuvo toda la tarde restante preocupándose por su estado, asegurándose de borrar rastro alguno de las lágrimas, del deterioro físico y sentimental que había caído sobre él en los últimos días.
El día siguiente lo encontró algo más fresco, se levantó más temprano que de costumbre para evitar estar demasiado cansado, se bañó de forma lenta, tratando de absorver la mayor cantidad de agua en su piel para verse más enérgico. Finalmente, se paró frente a su armario y se sorprendió de sí mismo, estaba nervioso, su corazón latía a mil por hora mientras elegía con extremo cuidado lo que usaría ese día. Era como si Ruki lo hubiese invitado a salir en vez de llamarlo para un ensayo, al menos, su corazón así lo sentía.
Suspiró profundamente antes de emprender el viaje y prácticamente hiperventilaba al llegar a la puerta de la compañía, sintiendo su corazón latir con fuerza. Jamás había estado tan nervioso por un ensayo, se sentía un novato. Entró algo tembloroso y trató de sosegar su respiración mientras veía los números del ascensor acercándose al cero. Las puertas metálicas se abrieron y el entró algo torpemente, revisó su reloj, tal vez era demasiado temprano, pero aún así le extrañaba no haberse encontrado con alguno de los otros miembros de la banda, tal vez Ruki no estaría allí. Finalmente el piso se mostraba frente a él al abrirse las puertas del ascensor, salió de él menos determinado que nunca, sintiendo cada paso clavarse en el suelo de forma nerviosa, resonando por los pasillos hasta detenerse frente a la puerta.
La encontró cerrada, como era de esperarse, pero aún tenía esa sensación extraña, ¿sería demasiado temprano? Miró su reloj nuevamente, era el horario de siempre, estaba siendo puntual con algunos minutos de ventaja, el resto debían de estar adentro…. Abrió la puerta lentamente y recorrió la sala con la vista, hayándola vacía, estuvo a punto de verificar el número de la habitación cuando vio detrás del vidrio al fondo de la sala, una figura moviéndose escasamente, sentada en su batería. Se extrañó bastante y se acercó hasta el vidrio, viendo el monótono movimiento de la baqueta contra el redoblante. Apoyo su mano en el vidrio para generar sombra y poder ver mejor a quien lo estaba esperando, su corazón dio un fuerte golpe contra su pecho y su estómago se contrajo al ver a Ruki sentado frente a la batería con una seria expresión. Se alejó del vidrio y fue hasta la puerta, entrando a la sala de ensayos en silencio. Ruki lo miró enseguida, sin siqueira atinar a sonreír. Kai se le acercó preocupado, poniéndose tras él.
- ¿Dónde están los demás? – preguntó en un susurro, temeroso de enfadar al menor con su voz
- No hay nadie más – contestó el menor de forma monótona, sin dejar de golpear la batería de forma suave
- ¿Qué quieres decir? – se confundió Kai asomándose para verlo al rostro
- Que sólo te llamé a ti Kai, ¿no lo entiendes? – se alteró Ruki, mirándolo molesto y confundido, dejando de tocar la batería por unos momentos
- Lo siento
Kai se sentó en uno de los taburetes que rondaban por la sala, apoyando los codos sobre las piernas y recargando su rostro en sus manos, mirando a Ruki algo dolido mientras este volvía a tocar el montónono sonido. Una tensión que podía cortarse con cuchillo se formó entre ellos y el silencio incómodo y devastador era solamente perturbado por el constante y suave golpe sobre el redoblante. Por primera vez, Kai deseó que Ruki volviera a ser tan verborrágico como siempre, lo miró algo desesperado, deseando con todas sus fuerzas que el menor abriera esos sellados labios, que dijera algo que lo hiciera sentirse más tranquilo. ‘¿Por qué me llamaste?’…. Pero esas palabras jamás salieron de la boca del baterista, finalmente el silencio se vio roto.
- ¿Sabes? Es extraño… pero… no recuerdo mucho de cómo se tocaba esta cosa – comentó Ruki con voz calmada, dejando las baquetas un momento
Kai lo miró sonriendo, Ruki estaba luchando también contra el tema, en cierta forma, siempre había sentido que el menor sabía algo, pero lo ocultaba con mucha gracia. Las últimas veces que había estados juntos, había logrado sentirse extrañamente correspondido, sin embargo el vocalista no parecía querer aceptarlo, terco tanto o más que él, huyéndole a los sentimientos confusos. Se levantó lentamente, caminando hasta quedar tras él, tomando las baquetas y poniéndolas en las manos de Ruki nuevamente.
- Es fácil… - comenzó mientras tomaba las muñecas del menor y daba un pequeño golpe a un platillo – no es algo que puedas olvidar una vez que lo probaste… solo tienes que…
Dio otro golpe, comenzando a golpear diferentes partes en diferentes tiempos, formando una lenta pero segura melodía que Ruki no tardó en seguir, continuando casi por su cuenta. El ritmo subió levemente mientras el vocalista usaba su pie para tocar el tambor principal, sonriendo algo divertido de la situación, dejándose llevar por las manos de Kai.
- Creo que ya lo voy recordando – comentó entusiasmado
- ¿Ya ves que no era difícil? – se rió el baterista, sin perder el ritmo
- Tienes razón… - asintió - solo tienes que dejarte llevar… - agregó cerrando los ojos y dejando que Kai lo guiara en el orden de los golpes
El baterista no pudo evitar sentirse abrumado por el hermoso rostro del joven a su lado, su corazón se despabiló más rápido que su rostro, comenzando a latir con fuerza mientras Kai no le quitaba los ojos de encima, aún continuando con el llevadero ritmo. Lo miró una última vez antes de devolver su vista a la batería, tragando saliva con algo de esfuerzo, sintiendo como su garganta quería boicotearlo, sonrió de costado, ya la suerte estaba echada, y esa era tal vez su última oportunidad. Apoyó la cabeza en el hombro de Ruki, cerrando los ojos, mientras seguían con la música a dúo.
- Te amo Ruki – susurró en el oído del menor y podría haber jurado que el menor hasta sonrió, recargando su mejilla en la del baterista
- Tardaste mucho tonto – se quejó soltando las baquetas y entrelazando sus dedos con los de Kai, usando los brazos del mayor para abrazarse con fuerza a él, sintiendo los labios del baterista perdiéndose en su cuello, aspirando su perfume
Se sonrojó fuertemente antes de abrir los ojos una vez más, volteándose aún entre los brazos de Kai, mirándolo a los ojos y sonriendo.
- Yo también te amo – respondió en voz baja antes de acercar sus labios a los del mayor, acariciándolos delicadamente, dejándose llevar por los de Kai que no tardaron en capturarlo de una vez y para siempre.
SE FINNI