[FF] Asesiname [One shot]

Apto: 17+
RR (Renuncia de Responsabilidad): Esta historia es pura ficción. The Gazette pertenece a PSCompany, con quien no tengo ninguna conexión, y las marcas registradas son propiedad de sus respectivos dueños. Ninguna parte de esta historia puede ser reproducida o reutilizada sin autorización.



Aseciname

El rubio caminaba sin cesar por el cuarto oscuro, puesto a propósito ya que la luz excesiva lo molestaba.
A escasos metros de el se escuchaban los quejidos incesantes y ya afónicos de su victima.
Estaba nervioso, ansioso y esperando ese llamado que confirmara su acción a seguir.

Se quito el chaleco de cuero negro y lo puso en la silla de madera frente a el. Apoyo las manos sobre esta dando un suspiro de enojo, se estaba haciendo larga la espera.
Miro por un segundo el cuerpo atado a la cama que tenia frente a el, en verdad que era bello.

Contemplo todas sus extremidades como si fuera una obra de arte. Cada músculo, cada superficie con esa piel pálida y desnuda. En definitiva seria un glorioso trabajo.
Controlo sus pensamientos, al fin y al cabo no debía apresurarse. Maldito móvil! Suena ya!, pensó para si mismo.

Los quejidos del otro lo torturaban, no debía ser débil, pero ya se ponía insoportable.
Se acerco lo más que pudo y al oído le dijo.

-O te callas o te corto la lengua para que con tu propia sangre te hagas un lindo licuado-

Tétrico. En extremo un terror inconfundible invadió el cuerpo de su victima. Vio como se tenso y se quedo quieto al instante.
Era una belleza, su cabello castaño y largo ocupaba gran parte de la almohada blanca y su cuerpo, aun desnudo de la noche anterior, era marcado y exquisito.
El rubio se mordió el labio solo al recordar la noche anterior, cuando lo tuvo gimiendo debajo suyo como una verdadera puta.
Sonrío, fue el mejor bonus que tuvo en todos esos años de “trabajo”.

-Flashback-

El bar estaba lleno, había diversas personalidades de la farándula y entre ellas, su “trabajito”.
Lo reconoció de inmediato, después de una larga y ardua investigación supo todo lo que necesitaba saber de Yukata Uke, el dueño de la empresa más importante de Japón. Reciente sucesor de esta, ya que su padre había muerto días atrás. Una sucesión algo extraña pero en fin.
A sus ojos era un verdadero ángel, vestido con un Armani blanco marcado al cuerpo y su cabello en una cola alta, para cualquiera eso quedaría femenino pero para el rubio era un toque excitante.

No tuvo que hacer muchos desmanes para acercarse a el ya que al estar entre tanta tercera edad fueron como dos imanes jóvenes.
El castaño era amable y sonreía todo el tiempo, tenía una bella sonrisa, más de una vez sintió que si lo seguía viendo sus pensamientos lo llevarían a la mierda.

Se concentro en solo pensar como encantarlo y que le siga el juego, cosa que no costo mucho. Resulto ser que Yukata era muy ligero de copas y con unas cuantas ya lo tenía colgado del cuello y rendido a sus pies.

-Mi casa o la tuya? –fue lo ultimo que dijo el castaño y el la mente del rubio se hizo una laguna.

Tan fácil fue? Perfecto.

Cruzaron solo unos escasos metros de la puerta de la casa del rubio y ya se devoraban a besos. Besos apasionados y desesperados.
Para la sorpresa del rubio, el castaño era excitante y deseable al extremo de querer comerlo sin piedad. Lo tenia encima de el y aun parado en la puerta de entrada, con toda la voluntad del mundo y sacando sus instintos asesinos por un momento, lo llevo a la habitación.
Entraron torpemente y riendo como típicos borrachos, el castaño se tiro en la cama posicionándose seductoramente y abriendo sus piernas, tocando sin pudor su miembro ya despierto por encima de la ropa y haciendo gestos de deseo con su lengua.
En efecto estaba torturándolo, esa imagen fue lo mas hermoso que vio en su vida.

El rubio solo le dedico una sonrisa, lo miro desafiante y luego se quito su remera negra dejando al descubierto su pecho blanco. La boca del castaño se abrió dejando salir un gemido, y eso que aun no lo había tocado.
Se acerco a el y con sus manos salvajemente le quito el pantalón blanco seguido de la ropa interior.
Yukata se sentó encima de el y soltó su cabello cuan hermosa geisha, mirándolo con lujuria y pasión, moviendo su cadera presionando sus muslos con el miembro del rubio. Buscando esos gemidos entrecortados que no dejaban de salir de los ardientes labios de su ahora amante.

El castaño estaba perdido en un mar de deseo, tanto que cuando el rubio reacciono ya lo tenia de rodillas quitándole lo que le quedaba de ropa, dejándolo desnudo completamente. Tomando sin piedad ese miembro despierto y caliente entre sus manos, y sin darle lugar a pensar lo metió todo en su boca.
El rubio curvo tanto su espalda que hasta le dolía, fue una imagen tan propia de una película condicionada que lo llevo a correrse en pocos minutos.
Satisfecho el castaño se lamia los labios degustando todo lo que el rubio expulso de si mismo. Pero ahí no termino el juego.

No lo dejo ni siguiera reaccionar que ya lo estaba estimulando denuevo, con esas manos tan expertas masturbaba el miembro aun sensible del rubio, el cual despertó luego se muchas sacudidas productos de los espasmos del orgasmo.
El rubio estaba ciego, completamente entregado a ese ser tan inesperado pero su sorpresa fue mayor cuando, con dificultad, el castaño se subió arriba de el y sin preparación hizo que el miembro del morocho entrara completamente en el.

Fue el grito mas excitante que oyó en toda la noche, ese castaño lo estaba volviendo loco, tanto que no le importo si le hacia daño, lo agarro de la cintura y con movimientos salvajes lo subía y bajaba de si mismo. Sabía perfectamente que esos gritos eran de dolor, pero el mismo lo quiso así, que no pedía que se detuviera, al contrario sus palabras fueron “más, quiero más, párteme…. Cójeme hasta morir.”

Dulce néctar para el rubio que ya era un demonio en celo. Sentía que con cada movimiento el castaño se partía mas interiormente pero no se detenía. Las uñas del otro hacían sangrar la piel de su espalda, pero no iba a ceder por eso.

Fue un juego vicioso, delicioso…hasta que se acabo. Cayeron rendidos y desmayados del cansancio.

El rubio con la poca fuerza que tuvo, tomo el cuerpo inconciente del otro y lo ato de pies y manos a la cama y su boca, así no gritaría al despertar.

Parte uno, finalizada. Se dijo a si mismo y durmió en el cuarto de al lado.

-Fin Flashback-

Por fin su móvil sonó.

-Si? –contesto cortante.
-Lo tienes? –dijo una voz grave del otro lado
-Claro –
-Hazlo…-
-Bien –y corto.

Eran tipica esas conversaciones tipo telegrama, ya que no sabían si las líneas habían sido rastreadas o algo por el estilo. Por eso siempre después de terminar un trabajo quemaba todo, móvil, computadora, documentos y todo lo relacionado con ese encargo, es mas hasta usaba nueva identidad. Todo un profesional.

Se acerco al cuerpo de Yukata y dijo.

-Un ultimo deseo antes de que dejes de ver la luz? –

Vio como el cuerpo del otro entro en un estado de temblores producto del miedo. Ese miedo que le encantaba ver.

-Vamos Yukata… solo dime lo que quieres… -dijo en un tono casi irónico. Quito la venda de la boca del castaño para que respondiera.
-Quien te mando? –
-Eso no lo diré…pero seguro muy en el fondo lo sabes –

Solo se escucho un suspiro, lo sabia.

-Matsumoto –dijo sin dudar y el rubio intento ocultar su “es cierto”
-Bien… -dijo y se acerco para cubrir no su boca sino sus ojos.
-Espera, no lo hagas –
-No me supliques, no me hacen nada – y volvió a intentarlo.
-No… se que lo aras, pero no quiero que me cubras los ojos…-
-Que? –dijo sorprendido
-Quiero… ver –

Eso si que era extraño. Quería ver su propia muerte?
Aunque fuera una locura lo complació, total a el le valía si se iba de este mundo con una imagen de el desangrándose.
Se levantó y cuando se dirigía a su cuarto por sus instrumentos el castaño atrajo toda su atención con una frase.

-Mi ultimo deseo… me lo cumplirás? –

Se giro y confundido le dijo.

-Si quieres…-
-Quiero que antes que me mandes al infierno… me lleves al cielo, como anoche –

La sorpresa del rubio fue tal que hizo que el castaño sonriera, aun en ese estado de último momento. Pero no iba a negarse.
Lo desato y lo incorporo, llevándolo a su propio cuarto.

Era mas oscuro que el otro, solo una luz tenue estaba encendida, bastaba para verse entre ellos. Y volvieron a la misma situación.
Los besos, las caricias, los gemidos graves y dolorosos. El castaño casi desfallecido y el rubio en ese estado de poseído.

Cuando vio que el momento del orgasmo llegaba tomo el afilado cuchillo que tenia cerca y como su fuera una rosa delicada la paso, sin cortarlo, por el pecho del castaño. Quien al sentir el frío del filoso objeto se tenso y su piel se erizo por competo. Pero en vez de salir corriendo, abrazo al rubio y se movió mas rápido, dejando que el miembro del otro lo penetrara mas y mas.
Mientras el cuchillo hacia una danza por su espalda, cortando su piel delicadamente, el castaño tomo el rostro del rubio y mirándolo fijamente le dijo…

-Asesíname… hazlo…. Ya…. –

Luego de esas palabras el rubio se corrió seguido del otro. Pero esos suspiros tuvieron fin cuando, por la espalda, hundió el cuchillo hasta el fondo de su pecho.
El castaño se removió solo un momento y sonriendo levemente callo hacia atrás, siendo sostenido por el otro que aun estaba dentro de el.
El rubio admiro el cuello marcado y largo del castaño, ahora sin vida, y su cabello que caía libremente hacia el colchón. El cuerpo pesaba mas ahora, confirmo así que ya se había ido. Se inclino un poco y lamió toda la extensión de ese cuello tan excitante.

-Eras una delicia Yukata… -dijo antes de recostar por completo el cuerpo del otro en la cama.



Fin.


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Espero les haya gustado ^^

yo lo leiiiiiiiiiiii aslkjdasld y forra por que siempre a kai le tiene que pasar algo en los fics :_ todos putos! igual me encanto!

twt q triste¡¡¡ y caliente XDDD pro triste twt♥