[FF] El Angel [One shot]

Apto:+13
RR (Renuncia de Responsabilidad): Esta historia es pura ficción. The Gazette pertenece a PSCompany, con quien no tengo ninguna conexión, y las marcas registradas son propiedad de sus respectivos dueños. Ninguna parte de esta historia puede ser reproducida o reutilizada sin autorización.


El ángel

La noche era fría, ventosa, prácticamente insoportable.
Desde la esquina que cruzaba la calle, lo miraba.
Veía como caminaba abrigado hasta los dientes, con un paso lento y tranquilo, nada coherente con la rapidez que necesitaba en ese momento.
Lo miraba silenciosamente sin llamar su atención.

Ese era su trabajo, cuidarlo sin que se de cuenta.
Se acomodo el abrigo negro que llevaba puesto y corrió el cabello dorado de su rostro antes de seguirlo en el camino a su casa.

Sus pasos eran silenciosos, podría decirse que las botas que tenia no eran de suela verdadera.
Caminaron esas 4 cuadras en silencio, lo único audible era la respiración de su “protegido”.

Al llegar vio a lo lejos como ingresaba tranquilo y como miro a todos lados antes de cerrar la puerta detrás de el. Respiro aliviado, estaba seguro.
Cerro los ojos por un momento y al abrirlos denuevo se vio frente al espejo de la entrada de la casa.
Sonrío ante su acto ya cotidiano para el, entrar sigilosamente.

Se saco el abrigo, ya que en la casa hacia un clima más calido, y con la vista recorrió la casa. Todo seguía igual, el pequeño living, la cocina comedor y… la habitación… la cual jamás tuvo el valor de conocer.
Se poso en el pequeño umbral de la puerta que daba al living y allí lo vio, con una taza de te en las manos, menos ropa que antes y una expresión un tanto… triste.

Suspiro enojado ya que esa expresión era incomprensible para el, su misión estaba yendo mal.
Por más que lo siguiera, cuidara o investigara, el interior de su protegido era tan indescifrable que asustaba.
Sabía que no era problema de dinero o familia, pensó tal vez algún problema de mujeres… pero no, no tenía pareja.
Lo miro desconcertado, la sabiduría que poseía no lo ayudaba mucho en ese momento.

Camino silenciosamente hacia el y se sentó enfrente, sin quitarle los ojos de encima.
Se estremeció al ver la pequeña sonrisa que se dibujaba en los labios del otro… acaso sabia que estaba allí?... pero como? si el no creía…
Se quedo estático cuando el hombre se levanto y caminando hacia la cocina, vio como de reojo lo miraba.
Su cuerpo tembló, sus manos estaban teniendo esa capa de sudor nervioso y sentía como su pulso se aceleraba.
No podía ser cierto, hace cuanto que el estaba allí? 2 años? 3? Y jamás vio esa mirada y esa sonrisa.


Al verlo que volvía decidió levantarse pero algo lo dejo helado. Su protegido puso ante el una taza de chocolate caliente, esos que te hacen sentir en la mayor de las felicidades después de un frío día de invierno.
El rubio se tapo la boca y ahogo un grito de alegría… sabia que estaba allí… sabia que existía.

Pero algo faltaba. Su vista jamás se cruzaron, nunca se habían visto a los ojos como para decir SI CREO.
El rubio respiro profundo y con un suave movimiento alejo la taza de el, no en forma de desprecio, sino para llamar la atención de su acompañante. Uno de sus delicados dedos rozaron la caliente taza y con mucho cuidado la alejo, miro hacia el otro y vio esos ojos cristalinos.
Aunque esos mismos miraran a la nada, sabia que lo miraban a el.
Otra vez esa sonrisa.
No cabía felicidad dentro del ser de luz, estaba feliz… era el momento.

Como si fuera una suave brisa de verano, la silueta del rubio apareció. Era un hermoso espejismo en color blanco, su cabello dorado le llegaba casi a los hombros y sus ojos de un profundo gris dejaron a su protegido obnubilado.
Sentía que el corazón se le saldría, era la primera vez que se veían.
Las lágrimas que recorrían las mejillas del morocho al frente suyo era la señal que le faltaba…. SI CREO….

El rubio se sintió completo, no en toda su perfección pero hasta ahora lo sentía así.

-Eres mas hermoso de lo que pensaba- dijo el morocho haciendo que el otro lo mirara fijamente
-Gracias- su voz era hermosa, mas hermosa que el.
-Mi nombre es… -intento decir el morocho lleno de nervios pero su guardián no lo dejo
-Lo se… eh estado a tu lado muchos años… -
-Y tienes nombre?-
-No me permiten decirlo, pero se que en el fondo de tu corazón.. Lo sabes…-

La paz que irradiaba ese ser era impresionante, hizo que todo el mal día que tubo el morocho se esfumara por completo.

-Mi misión esta casi finalizada –dijo el rubio
-Casi?-
-así es, solo queda algo-
-Que es?-

Se acerco lo más que le era permitido y con una suave caricia le dijo.

-Tienes el derecho de pedirme algo, un deseo, una riqueza, un valor… lo que sea, menos la vida – ante lo ultimo el morocho lo miro confuso –me refiero a que no puedo revivir a nadie… -

Admiro cada facción de su rostro pensativo, cada músculo que se contraía por la presencia de su calor “angelical”.

Después de una corta meditación el morocho dijo.

-Quiero conocer el amor –

El rubio cerro los ojos en una expresión de dolor, acaso seria lo suficientemente fuerte para entregarle el amor? Entregar a su protegido, el hombre que amaba con locura, a otro ser? Pero en ese momento sus dudas se disiparon.

-Quiero que me ames…-dijo pausadamente el morocho mientras acercaba el delicado rostro del otro para besarlo tiernamente.

Se sintió como el cuerpo de el ángel tembló, pero no precisamente por amor. Su contacto físico con su protegido estaba prohibido y en el producía descargas eléctricas en su interior.
Ambos se asustaron, aunque el rubio sabía por que no dudo en cumplir con su deseo.
Se levanto delicadamente del suelo en el cual estaba arrodillado y tomo de la mano a su protegido.

Cuando sus ojos hicieron contacto, el rubio pronuncio unas palabras en un dialecto extraño, pero jamás deshicieron el contacto visual… era fuerte eh intenso, como si supieran que eso los unirían de por vida… y así era.

El rubio paso a tener un aspecto mas “mortal”, su piel no era tan brillante aunque mantenía ese toque angelical.
Decidido el morocho lo llevo a su habitación.
Al fin la conoció… era hermosa… era el cielo mismo.

El único ambiente de la casa totalmente blanco, puro. Las paredes, los muebles e incluso la cama eran de un blanco intenso.
Solo el piso de roble resaltaba en aquella dimensión…

El morocho se acerco a su guardián lentamente para poder besarlo denuevo, al notar que esa descarga ya no estaba, el beso fue mas profundo, pasional, intenso… como si quisieran saber todo del otro.

Sus cuerpos perfectos quedaron al desnudo en pocos segundos, ambos admiraban al otro con miradas intensas y llenas de amor… muy alejado de la lujuria.

Recostado sobre la cama, el morocho respiraba agitado mientras que el rubio lo besaba en toda su anatomía. Era perfecto, cada beso, caricia, rose que le daba el rubio era como…. “como ser amado por un ángel”.
Cuando sintió que el momento del mayor placer llegaba se aferro a las blancas sabanas esperando el dolor del contacto, pero al contrario de eso, sintió el mejor de los placeres.
El rubio sonrío al ver esa expresión de inmenso placer en su amado… siempre se prometió no hacerle daño y esta no seria la excepción.
Ese dolor que esperaba el morocho se volvió en placer solo por el hecho de estar en ese mar de deseo al cual lo llevo el rubio con solo besarlo… su poder era mas fuerte que cualquier otra cosa.
Además el solo quería conocer el amor, no el dolor.

Aferrado a su cuello, sentado sobre el. El morocho suspiraba las mas hermosas palabras “ámame…ahhh” “te amo…” “eres lo mas…ahhh hermoso”.
Palabras que no solo incrementaban en el rubio mas placer y amor sino que lo enamoraba mas y mas de ese ser tan hermoso y prohibido.
Pero que mas da si le esperaba el infierno después de esto… ya lo había amado.

Lo recostó delicadamente denuevo en la cama y con ambas manos a los lados de su cuello, lo miro intensamente recibiendo del morocho el gemido más hermoso de la noche.
Ambos se corrieron en un tiempo sincronizado, sus miradas eran fuego puro… un fuego de amor intenso.

-Te amo…. Ruki….-dijo el rubio mientras recuperaba el aliento
-Te amo… Uruha….-contesto el morocho besándolo apasionadamente.

Sabía su nombre, sabia que existía, que lo protegía, que lo cuidaba contra todos los males. Que lo amaba… y el CREIA.

Ruki despertó en medio de la madrugada sobresaltado, había soñado que Uruha se había ido y jamás volvía.

-Ese sueño… será real –dijo Uruha mirando hacia la ventana
-Que dices?-

Uruha giro y se puso frente a el, espalda hacia la gran ventana. Estaba descalzo y sin remera, solo llevaba unos pantalones de lino blanco. Le sonrío, cerró sus ojos y abrió sus brazos.
Entonces, con cautela, muy lentamente para que Ruki no se asustara, exhalo profundamente y sus alas empezaron a desplegarse.
Se abrieron gradualmente, primero desde la base de sus hombros, dos brotes blancos que nacían de su espalda y se hacían más anchos, gruesos y largos a medida que se extendían hacia atrás, hacia arriba y hacia fuera.
Ruki observo las curvaturas de los bordes, deseaba acariciarlas con sus manos, con sus mejillas, con sus labios.
La parte inferior de una de sus alas empezó a resplandecer con una iridiscencia aterciopelada. Exactamente como en un sueño.
Pudo admirar toda la gloria de su guardián… de su amado Uruha.

Se miraron con dulzura, amor y dolor. Ambos sabían que no volverían a verse, su misión había terminado y Ruki conoció lo que es ser amado… lo que es el amor.

Contemplo con tristeza como Uruha lloraba lentamente y se acerco para besarlo por ultima vez, lo abrazo y sintió como las blancas alas de su ángel lo envolvían haciéndolo entrar en un sueño profundo. Callo rendido en sus brazos.
Uruha lo recostó nuevamente y lo tapo con las sabanas. Lo admiro por última vez y con lágrimas en los ojos camino hacia la ventana.
Miro el cielo y sonrío… lo había logrado. Se lanzo al vacío y nivelo su vuelo.

Volvió a ser un ángel…

FIN

Yo ya te dije Karito... Cuando leí lo visualicé todo! .-.

Es muy lindo... Y muy triste... Y muy tierno.... :_

♥

Divino!

Es hermoso!

Este es, quizas, el Fic que mas me gusto de todos los que hiciste...
Desde el principio te dije que escribis re bien, y lo sostengo ^_^

Te felicito Karito..!