[FF] Prisión de 24 Kilates [SH][-Finalizado-]

A LA MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!! :O!
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!
MUCHO MUCHO MUCHOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Ai diosss! quiero otro capitulooo!!! >_<

además TODOS estos dias estuve pensando que carajos iba a pasarrrr! ;_;

Kiero kiero kierooo!

GENIAL!

gracias por este nuevo capitulooo!

De nuevo mil gracias a la bella Naoko por la corrección. y todas por sus comentarios ♥

Espero les guste



-7- Un doble despertar.



- ¡No quiero regresar al bar! - Uruha protestó al darse cuenta que Aoi lo llevaba de regreso, intentó liberar la mano que el mecánico le sostenía con la propia, pero le fue imposible.

- Deja de quejarte – Susurró acercándose a él – El dueño del bar es mi amigo, le pediré que nos deje usar su privado.

Dicho esto, Uruha atinó a apurar sus pasos, era ahora él quién prácticamente arrastraba al mecánico de la mano. Entraron al improvisado privado, que básicamente era una habitación trasera llena de cajas y botellas vacías, pero no les importó, es más, ni siquiera notaron lo sucio que estaba el piso. Aoi apenas dejó que Uruha cerrara con seguro la puerta, le sonrió con dulzura y lo empujó contra la pared, pegándose a al cuerpo del rubio, hablándole con los labios sobre la piel del cuello.

- ¿Estás seguro de esto? – Jadeó liberando el tibio aire de su aliento sobre Uruha, llevando con desesperación su mano derecha a la entrepierna del rubio – Porque no me pienso detener una vez comience…

Uruha no dijo nada, tan solo gimió y apresó entre sus labios los de Aoi, un suave mordisco fue suficiente para que el mecánico terminara de enloquecer. En nada más pudo pensar, solo quería arrancarle la ropa, solo deseaba ver su piel desnuda, y tal vez sus movimientos fueron muy torpes, porque en cada prenda que le quitaba Uruha se reía por los arañazos y pequeños golpes que el afán de Aoi le hacía darse contra la pared. Él también rió, se mordía los labios al ver cada pedazo de piel expuesto, y tuvo que tomarse unos segundos para normalizar su respiración, Uruha estaba frente a él completamente desnudo, con un leve temblor en los labios y las manos entrecruzadas sobre su pelvis.

- Pareces… de otro planeta… pareces un dios… un dios de marfil

Sonriendo, Uruha le tomó ambas manos y las llevó a su pecho haciendo que Aoi lo acariciara.
- No soy de marfil… soy de…

- Seda.
Uruha no despegaba su mirada del rostro de Aoi, adoró verlo morderse los labios cuando lo estaba tocando, amó verlo fruncir el entrecejo cuando él mismo le desató el pantalón y llevó su mano sobre la pelvis de Aoi, y mucho más amó los gemidos que ahogadamente empezaron a salir de entre ese par de labios gruesos.
- ¿Qué quieres que haga? – Lo miró fijamente a los ojos, esperando una respuesta de Aoi.

- ¡Lo que tú quieras Uruha!


- Pero, ¿quieres que me ponga de rodillas y te lleve a mi boca?

- ¿Qué quieres hacer? – Aoi no dejaba de tocarlo, sus manos se acomodaron sobre las nalgas de Uruha y las apretaba suavemente al tiempo que el rubio no cesaba el movimiento de la mano sobre su miembro.


- ¡Tú dime que debo hacer!
-
Aoi detuvo cualquier movimiento, se separó de él solo para poder hablarle directamente a la cara:
- ¿Por qué me preguntas? Cualquiera que te oiga pensará que es la primera vez que tienes sexo, solo déjate llevar…

- Sí… pero – Se cruzó apretadamente de brazos, bajando la cabeza y el tono de su voz – “Dejarme llevar” o sea que solo me moveré cuando me muevas…

-
- ¡Uruha! – Aoi no necesitó escuchar más para entender lo que pasaba, se acercó de nuevo a él, tomándole con suavidad el rostro entre las manos, deslizándole lleno de ternura los labios sobre las enrojecidas mejillas. – A mi no me tienes que obedecer, no me tienes que preguntar, no te tienes que disculpar ni ponerte en el papel de sumiso, solo te pido que seas tu mismo, que te dejes llevar por lo que estés sintiendo… solo quiero tenerte a ti, no a la persona que Ruki ha construido… o debería decir, destruido.


Los labios de Aoi aun estaban sobre las mejillas de Uruha y pudo sentir la salinidad de las lágrimas que él derramó, no quiso decirle más, prefirió entonces rodearlo con fuerza entre sus brazos, asegurándose de que ambos cuerpos estuviesen completamente juntos. Liberó despacio su abrazo cuando Uruha comenzó a recorrerle la piel con ambas manos, y se separó solo un poco para volver a maravillarse con la desnudez de su amante, los ojos del rubio brillaban intensamente y una sutil sonrisa se apoderó de su expresión.

- Aoi, quiero que me lleves a tu boca… si quieres…

Más se tardó Uruha en decirlo que Aoi en ponerse de rodillas frente a él, primero fueron las manos del mecánico lo que Uruha sintió, una caricia lenta pero con la suficiente fuerza para excitarlo aun más. Aoi tragó una enorme cantidad de saliva, no se podía ocultar, deseaba demasiado a ese hombre que temblaba de pie frente a él. Unió sus labios para besarle suavemente el pene, no fue un acto puramente sexual, el mecánico no solo se moría de ganas por ese cuerpo, se estaba empezando a morir de amor por él.
La mugre del piso no importó, los dos se tendieron sobre el tapete de suciedad, aunque un pensamiento sí cruzó la mente de Aoi cuando Uruha se recostó de lado sobre el piso, y fue un pensamiento grato, él hombre forrado en oro que conoció distaba mucho del hombre que le extendía los brazos solicitando lo acompañara en el suelo.
Hubo largos silencios, dulces silencios compartidos, ausencia de palabras por culpa de los besos incesantes, por los pequeños mordiscos propinados en cualquier espacio de las sudorosas pieles, y también hubo interrupciones del silencio… especialmente cuando Aoi se quejaba por los profundos arañazos que Uruha hacía en su espalda o por la desmedida fuerza con que el rubio le apretaba las nalgas.
Luego las quejas que Aoi propinaba por el dolor, se convirtieron en dulces gemidos de placer, Uruha gemía también y su excitación estaba en el tope, no pudo más que mojarse los dedos antes de llevarlos dentro de Aoi y prepararlo medianamente porque su propio cuerpo le exigía el máximo placer lo más pronto posible. Al mecánico no le importó la abrupta y dolorosa penetración, él estaba en el cielo hace mucho rato, desde el instante que Uruha se desnudó, y ahora se sentía en un plano superior. Las sensaciones que los movimientos de Uruha causaban en él, eran completamente nuevas, ya no era simplemente el enorme placer sexual que Uruha le estaba regalando, eran también una dolorosa y supremamente dulce sensación en su corazón y sin entender aun por qué, Aoi sintió ganas de llorar.
La luz del amanecer colándose por las rendijas del techo logró desesperarlos, fue una amarga señal que los hizo aterrizar de esa nube en la que estaban. La vida seguía sin importar los millones de besos que se habían dado, sin tener en cuenta las caricias tiernas o salvajes que se habían propinado - el amanecer no se estancó como lo habían deseado, no les dio tregua al par de cuerpos cubiertos por fluidos corporales propios y ajenos y sin misericordia alguna, la luz dejó de estar azulada para ponerse blanca, iluminándoles más los agotados pero felices rostros.

El rubio acarició por última vez todo el cuerpo de su amante, le besó la piel una vez más desde la punta de su cabeza hasta la punta de sus pies, y es posible que hubiese ignorado el amanecer como lo tenía planeado, pero su celular sonó y eso fue el evento definitivo que los hizo despertar a la realidad.
- ¿El diseñadorcito ese? – Masculló entre dientes, empezando a vestirse sin ganas de hacerlo

- Sí, es Ruki – Uruha apenas susurró, veía fijamente la pantalla del celular, pero no se atrevía a contestar.


- ¿Qué vas a hacer, digo, qué vamos a hacer?

- No lo sé - Suspiró profundamente y le habló sin despegar de la pantalla su mirada - ¿Vas a dejar a Kai, por mí?


- Eso es algo… nosotros tenemos que pensar… ¿Tu quieres dejar tu maravillosa vida por mí? – Aoi no estaba pensando con claridad, de todas formas él no sabía qué quería hacer

- ¿Maravillosa vida? ¡Ja! – Levantó por fin su mirada, cruzándose con los negros ojos – Tengo que contestar antes que Ruki se enoje, o puedo no hacerlo… nunca más, eso depende de ti…


- ¡No puedes descargar esa decisión en mí!


A Uruha el corazón le palpitaba con fuerza, el miedo que sentía de vivir, el deseo que sentía por Aoi y el amor que aunque agonizante, aun sentía por Ruki, se le agolpaban en el alma y solo lograban ponerlo a dudar sobre lo qué quería. Se vistió con rapidez, el celular no dejaba de sonar y en su voz se notó la desesperación que sentía.

- ¡Es simple, maldita sea, vas a dejar o no a Kai! ¿Vas a estar conmigo sí o no?

- Nos conocimos ayer Uruha… es una decisión que se debe pensar…

No quiso ni ver más a los ojos de Aoi, inclusive le dio la espalda después de escucharlo, respondió al celular y actuó cómo si nada hubiese pasado. No quiso despedirse del mecánico, salió prácticamente corriendo del bar, sintiendo que su corazón se iba a infartar en cualquier momento.
Tal vez Aoi tenía razón, pero sintió mucha rabia en el momento y el pedestal en que tenía al mecánico se derrumbó. Él también tenía ataduras que no podía romper, el mecánico no era ese espíritu libre después de todo.

*se muere*

DIOOOOOOOOSSSSSSSS QUE CAPITULO!!!!! >___<

Aoiiii Negro boludoooo se tenían que agarrar de la mano y rajaar!
Igual a Uruha le faltó decisión.
Quizás de élse hubiese decidido por Aoi y lo hubiera empujado a irse juntos entonces Aoi quizás también se hubiera jugado.
Bue, pero el asunto es que la super complicación viene ahora y me guuuuuustaa~~

Ja! Kai, cagaste, nene, no le diste al negro, ahí tenés se te enamoró de otro! *le saca la lengua*
Ruki.... u.u te pasó por forro.

en fin
espero el otro capiiiiii!!! ;_;

;________________; HAY URUHA ENTENDELOOO!!!

Re lindo te quedo el cáp Ale...re sensible y hermoso.
No tardes para el otro !!

Gracias a todas por los comentarios, sigamos con esta "novela" xD

Mil gracias Nao por tu tiempo para corregir, te adoro!!!


-8- Shine and glow


Uruha recostó su espalda en la puerta de la oficina, sintiendo que su respiración desencadenaba ecos en el enorme despacho del diseñador. No se atrevió a mirar a Ruki a la cara, tan solo se limitó a hablar fríamente viendo fijamente el brillante piso; sabía muy bien que una sola expresión descuidada lo delataría.

- ¿Para qué me necesitabas con tanta urgencia? – El tono de su voz fue en extremo dulce, no podía darse el lujo de enojar a su novio.

Ruki estaba sentado detrás de su escritorio, él sí que tenía bien fija la mirada sobre su novio. Casi no parpadeaba, estaba analizando cuidadosamente cada expresión de Uruha, esperando leer algo más allá de sus palabras: no era usual lo que estaba pasando.

- ¿Dónde pasaste la noche?
- Estuve… dando vueltas por ahí – Continuaba mirando el piso, y su respiración aumentaba al tiempo que su nerviosismo.
- ¿A qué hora regresaste a tu apartamento? – La calma en su voz le exigía un enorme esfuerzo, en especial porque lo que en realidad quería era gritarle.
- ¿Por qué me preguntas algo que sabes?
- ¡No lo sé! – Gritó levantándose de su silla, un ardor extraño se le encajó en el pecho, pero logró ignorarlo y controlarse de nuevo, exhalando lentamente – No lo sé Uruha, cuándo salí de mi apartamento no habías llegado al tuyo.
- Necesitaba pensar y me quedé solo en un jardín, nadie notó mi presencia, tuve que esperar a que amaneciera para que abrieran la puerta.
- No eres bueno inventando excusas – Murmuró apretando los dientes – No alarguemos esta discusión, sabes que al final tendrás que decirme la verdad.
- Bien – Resopló resignado, aunque de seguro la verdad no se la diría, lo miró fijamente con intención de enfatizar que sus palabras eran honestas – Me fui a un bar, me embriagué, me quedé dormido en el baño mugriento de ese lugar, un empleado me despertó y me fui caminando a casa.
- Eres un idiota – Volvió a sentarse en su escritorio, cruzándose de brazos – ¿Es por eso que estás tan sucio? Ni siquiera alcanzaste a tomar un baño.
- Lo lamento, me llamaste al celular cuando recién iba a mi casa, lo mejor es que me vaya.
- Sí es mejor. En la noche iremos a un evento de diseño, en la tarde te envío la ropa y la estilista a tu apartamento ¡Y báñate, das asco!

Uruha asintió apenas con un sutil movimiento, se despegó de la puerta para abrirle a quién la había golpeado un par de veces. Era Kai, y fue un momento extraño para todos; Uruha se tropezó con uno de los muebles decorativos de la oficina al retroceder para dejarlo entrar. Tampoco fue capaz de verlo a los ojos, no sabía qué pudo haber pasado, o sí Aoi habría dicho algo… su corazón latió a millón por segundo y solo logró ignorarlo. Kai tartamudeó nerviosamente al saludarlo, él siempre se sentía apabullado por el novio del diseñador. A Ruki le pareció muy extraño que su novio no le devolviera el saludo al mecánico y en cambio, saliera a toda prisa de su despacho inclinando en un ángulo imposible la cabeza.

- ¡Buenos días Señor Ruki! – La voz de Kai tembló un poco, pero era normal, siempre le pasaba cuando hablaba con el diseñador. – Su auto ya está en garaje del edificio, si desea podemos bajar para que lo revise.
- Buenos días – No se levantó de la silla, no se descruzó de brazos, y ahora su mirada analizaba detenidamente las expresiones faciales del mecánico - ¿Mi novio te pone nervioso?
- ¿Perdón? – La tez le palideció – ¿Lo… lo dice… por la forma torpe en que lo sa… saludé? – Sonrió ampliamente, pero lleno de más nerviosismo aun – No señor, él no me pone nervioso… bueno sí un poco, pero no es lo que cree, es usted, bueno, lo admiro mucho y me pongo un poco ansioso cuando estoy cerca a usted.

El diseñador se rió por boca y nariz, era algo cómico ver a Kai enredarse y desenredarse solo al hablar. Se acomodó bien en su escritorio y lo invitó a sentarse.

- Enséñame esos diseños de autos de los que hablabas

Un papel tras otro fue sacando el mecánico de su carpeta. Cada diseño estaba bien especificado tanto mecánicamente como exteriormente, el diseñador poco sabía de rendimiento de motores, pero se sorprendió al ver las fluidas líneas de los diseños, la combinación de los colores y las formas en las carrocerías y lo que más le impactó es que cada diseño era coherente con los anteriores, eso denotaba que Kai tenía un instinto innato para diseñar.

- De motores no sé mucho, pero los diseños están bien, al menos para ser de alguien sin educación, son aceptables. – Guardó los dibujos ordenadamente en la carpeta y fijo de nuevo su mirada en Kai – El desarrollador de Toyota es un buen amigo desde hace mucho, esta noche asistiré a un evento de tecnología en el diseño, y él estará allí. – Se levantó de la silla, rodeando el escritorio, parándose junto a la silla que Kai ocupaba – Ven conmigo esta noche, hablamos los tres, sí a él le interesa alguno de tus diseños, yo estaré dispuesto a financiar por completo el proyecto.

Los ojos de Kai se abrieron al límite del dolor, su boca se secó y se encontró sin palabras para expresar la enorme alegría que lo invadía, lo único que alcanzó a decir mientras se levantaba de la silla fue:

- ¡No tengo que ponerme para un evento así!
- ¡Ja, ja,ja! Eres un hombre extraño – Rió y su expresión divertida no se borró de su rostro. – La oportunidad de tu vida y en lo primero que piensas es en ropa… ¡Eso me gusta, me recuerdas a mí mismo hace algunos años! – Palmeó suavemente el brazo del mecánico y agregó con amabilidad - Vamos al salón de exhibiciones, déjame escogerte algo de mi colección para que uses esta noche.
- ¡Muchas gracias, de verdad señor Ruki, voy a estar agradecido con usted el resto de mi vida!
- Antes… un par de cosas, llámame simplemente Ruki y deja ya el formalismo, vamos a ser socios Kai, trátame de igual.

De no ser por la compostura que se obligó a mantener, Kai se habría puesto a llorar lleno de sentimiento ahí mismo, pero se las ingenió para ocultar todos los sentimientos que lo sobrecogían en ese instante. Lo estaba logrando, estaba a pocos pasos de alcanzar su sueño dorado.



Por primera vez en mucho tiempo Aoi ignoró el comportamiento molesto de su novio, Kai se tardó dos horas en alistarse, cada cinco minutos le mostraba el traje que Ruki le había regalado, no comió, se cepilló ocho veces los dientes y retocó su maquillaje tres veces antes de salir. Se inclinó apenas para besar la frente de Aoi que estaba recostado cuan largo era sobre la cama.

- Gracias amor por no hacerme drama hoy.
- No tendría la moral para hacerlo – Contestó fríamente.
- ¿De qué hablas? ¡ah, no importa, se me hace tarde! Te amo, ¿Lo sabes?
- Lo supongo, gracias.
- Estás muy extraño – Abrió la puerta y volteó para sonreírle – cuando regrese hablamos.
- Dale al novio del diseñador mis saludos.

Kai no pudo ver la sonrisilla llena de picardía que Aoi tenía en su rostro cuando lo dijo, él solo agitó su mano diciendo “sí, sí, lo haré” y se fue.


Deslumbrante, esa fue la palabra que se acomodó en la mente de Kai. El lugar, el ambiente, la gente - todo era deslumbrante. Sintió que ese era el lugar al cual pertenecía, no al pobre taller lleno de autos y grasa, él estaba destinado a cosas más grandes, se sentía merecedor de todo en la vida y la forma en que Ruki lo estaba tratando esa noche solo lograba sumergirlo más en un mundo repleto de destellos de oro.
Uruha no podía soportar estar cerca a él, imaginaba a ese hombre tocando a su amante y le daban ganas de vomitar, pero tuvo que contenerse. Ruki era un hombre demasiado inteligente y cualquier error lo harían sospechar que algo no andaba bien.

- Ven conmigo Kai, quiero que conozcas a unos amigos.
- Los espero acá - Uruha se quedó cerca de una ventana, siempre se sentía asfixiado en esos eventos, y ahora más con la presencia del mecánico.

Kai empezó a caminar con Ruki, pero se devolvió acercándose a Uruha.

- ¡Lo olvidaba, mi novio te envió sus saludos!

El diseñador giró sobre su propio eje al ver que Kai no estaba a su lado. Por el ruido no pudo escuchar lo que el mecánico le decía a su novio, pero si pudo ver muy bien la enorme sonrisa que se plasmó en el rostro de Uruha, y el extraño brillo que se le apoderó de los ojos. No quiso pensar mal, no creyó que debía pensar mal, si bien sospechaba que Kai tenía un interés especial en su novio, eso no significaba que Uruha lo correspondiera… pero sus ojos brillaron y su rostro se llenó de alegría al oír quién sabe qué palabras que le dijo el mecánico. No, no debía pensar mal, pero lo mejor sería estar muy pendiente de esos dos: una semilla de dudas se le había plantado en el corazón, pero no mencionó nada sobre el tema, a ninguno de los dos.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA*grito fangirrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrl*

*-* ME ENCANTOOO

aiiiaaa yo sabiaa que hoy ibas a subir el nuevo cap!, estaba super ansiosaa!
jajaja me encantó, encima Kai, re boludo e inocente, le manda los saludos de Aoi a Uruha xDDD
Bien por el negro que todavía está camuflado de los ojos de Ruki-odioso.

KYAAAAAAAAAAAA espero e proximo capiii!!! =3

Toda la confucióoooooooon!!! Hay cada ves se pone más bueno esto.
Me mata Aoi todo jiji y Uruha todo ruborizado con el saludo!!!
Debo confesar que extraño a Reita XD pero eso es un detalle menor de fangirl XD. Muy bueno Ale n____n!
Que bueno! Exelente!! Espero el próximo n___n

como soy fastidiosa (?) y el cap anterior fue muy necesario, pero poco "emocionante" (?) y además llevo mucho escrito, voy a subir este xD

Muchas gracias por sus comentarios y de nuevo gracias Nao por corregirlo♥

btw, no odien a nadie (?) solo son humanos =)


-9- Dirty gold.



- Voy a convertirte en una estrella.

El susurro bajo y profundo hizo que la piel de Kai se estremeciera, de no haber estado sentado se habría caído al piso por la debilidad en sus rodillas. Ruki estaba sentado en la silla junto a él, y el desarrollador de Toyota se estaba levantando ya de la mesa, los miró con una sonrisa y después de pronunciar entusiasta “¡Haremos historia juntos!” se fue, perdiéndose entre los asistentes al evento.

- Kai, ¿Me escuchaste? – Se inclinó más cerca a su oído, tan cerca que pudo sentirle los vellos erizarse.

- Sí, Ruki, te escuché – Pronunció con débil voz, mirando sus propias manos entrecruzadas sobre su regazo.

- De ahora en adelante, no más taller, no más “Kai el mecánico” desde este momento debes ponerte por completo en mis manos y vas a dejarme moldearte a la perfección.

El orgullo que sentía no le cabía en el pecho a Kai, tuvo que suspirar levemente para dejar salir algo de sentimiento. Sus ojos buscaron los celestes ojos del diseñador, y la alegría que sentía en ese instante le impidió ver que detrás de tanta amabilidad se escondía un fuerte deseo de control.

- De ahora en adelante, seré quién tu quieras que sea.

El lugar que dejó el desarrollador de Toyota fue ocupado por Uruha, que se sentó frente a ellos en silencio, sin despegarles la mirada de encima. Empuño sus manos debajo de la mesa; estaba empezando a sentir una ardorosa incomodidad al ver su novio hablándole al mecánico tan cerca del oído, y se sintió peor al darse cuenta que ninguno de los dos había notado su presencia.

- Entonces… - Pronunció en voz alta – ¿Te van a fabricar los carritos?

- Autos de lujo, Uruha, no demuestres tanto tu ignorancia – Ruki contraatacó – Desde este momento Kai es mi socio.


- ¡Qué bien, me alegro mucho, eso quiere decir que pasarás la mayoría de tu tiempo encerrado en el despacho con Ruki!

- ¿Por qué te alegra eso? – El diseñador entrecerró los ojos, apoyando un codo sobre la mesa, dirigiéndose enfáticamente a Uruha - ¿Qué ganas con que Kai pase todo su tiempo en mi despacho?


- No me expresé bien – Intentó acomodar las palabras – Me alegra que tenga éxito, lo de pasar el tiempo contigo fue solo una apreciación – Miró fríamente a los ojos de Kai y fingió una amable sonrisa – Te felicito.

- ¡Gracias Uruha!


- No le agradezcas, mi novio es un imbécil y claramente te está mintiendo – Se levantó de la silla y comenzó a marcar un teléfono en su celular, les habló a ambos sin ver a ninguno. – Le diré a Reita que venga para que te lleve a tu casa Uruha, y tu socio, te vienes conmigo a mi apartamento, tenemos mucho que hablar.


Era más de medio día cuando el celular de Uruha sonó. Rió alegremente al leer el nombre de quién lo llamaba, y recordó el instante en que Aoi completamente desnudo anotaba los números de sus teléfonos en los respectivos celulares.

- ¿Qué nombre invento para que tu novio no sospeche, por si también te revisa el celular?-
- Oh sí, el celular, el ropero, el refrigerador… uh, no sé pon un nombre de mujer, cualquier cosa…

- ¡Srta. Koza! ¿Te gusta?

“Srta. Koza llamando”. Cuando presionó el botón de responder, aun sonreía y esa expresión no se borró de su rostro durante todo el tiempo que habló con él; quedaron de verse un par de horas más tarde, en el taller que estaría vacio gracias a que Kai lo había cerrado definitivamente.


Se bajó del taxi y de inmediato corrió al interior, Aoi lo esperaba cerca a un auto que al parecer estaba reparando.

- ¿No me dijiste que Kai cerró definitivamente el taller?

- Sí, pero yo tengo que ganarme la vida, ya no está abierto al público, pero conservo mis clientes antiguos y él no le ve problema que continúe trabajando – Se limpió las manos en un abrigo rojo y le extendió los brazos, pidiendo así que se acercara.


- Anoche soñé contigo – Le dijo una vez tenía al mecánico apresado entre sus brazos – Soñé que nadábamos desnudos en el océano…

- Uhmm, sí ¿Y te despertaste mojadito? – Le susurró en el oído antes de morderle suavemente el cuello.


- ¡Que malo eres!

Aoi rió con picardía, liberando a Uruha de sus brazos, volteó para cerrar la capota del auto y tomó al rubio de la mano, llevándolo hasta el asiento trasero del vehículo.
- No es lo ideal esto, pero al menos está mejor que el piso cochino de ese bar.

- Amé el piso cochino del bar – Sonrió – Pero esto si es mejor, al menos es acolchado…


- Uru, ¿A qué hora terminó el evento ese de ayer?

- No lo sé, nos fuimos antes de la media noche.

El rubio se acomodó bien sobre Aoi e intentó besarlo, pero el mecánico lo detuvo suavemente de los brazos.
- Pero Kai llegó al amanecer ¿A dónde fueron?

- Oh, él se fue con Ruki a su apartamento, yo me fui al mío.
Intento nuevamente el frustrado beso, pero esta vez Aoi se incorporó violentamente, saliendo del auto, Uruha lo siguió, cruzándose de brazos frente a él.

- ¡¿Qué, mucha rabia, celos?! – Reclamó enojado.

- ¡Claro que sí, Kai es mí novio! Nada tiene que estar haciendo en el apartamento de ese maldito enano.


- A lo mejor hicieron lo mismo que tú y yo hicimos en el privado del bar – comentó entre dientes, muriéndose de rabia al ver la actitud de Aoi.

- ¡No te permito que hables mal de él! – Gritó, golpeando con fuerza la carrocería del auto.


- Tu no viste lo que vi, no estuviste ahí viendo a mi novio susurrarle cosas al oído de tu novio, y tampoco viste la cara de felicidad que tuvo Kai durante toda la noche, es más… cuando Ruki le dijo que se iban para su apartamento, a tu cazafortunas novio se le iluminó el rostro de tal manera, que hasta yo sentí celos.

- Vete Uruha… - La voz le salió atropellada entre dientes – Esto está mal, muy mal…


- Sí lo está, tu no sabes qué es lo que quieres, y eres un descarado, acostarte conmigo y al mismo tiempo morirte de celos por tu novio, está mal, tú estás mal – Le acarició suavemente el brazo, y se esforzó para que su voz no se quebrara al salir – Cuándo sepas qué es lo que quieres, llámame, yo estoy dispuesto a perderlo todo por ti, pero solo si tu estás dispuesto a lo mismo por mí.


La oscuridad de la noche se sumó a la penumbra de la habitación, Aoi esperaba sentado en una de las dos únicas sillas apostadas a cada lado de la improvisada mesa de comedor. Kai encendió la amarillenta luz al entrar, dejó en el suelo las cuatro enormes bolsas que cargaba y se asustó al ver a su novio sentando ahí, mirándolo fijamente.
- ¿Va a ser así desde ahora, tú llegando a casa bien entrada la noche, saliendo prácticamente al amanecer?

- Solo será así al comienzo amor, después las cosas bajaran el ritmo…
Con los ojos Aoi recorrió por completo a su novio, la ropa que usaba era nueva, el conjunto era de un amarillo crema lleno de apliques brillantes, dorados y plateados, sonrió sin ganas y se levantó de la silla, solo para sentarse en el borde de la cama.
- Esa ropa que traes puesta, puede dejar ciego a alguien.

- ¡Sí, Ruki es genial!


- No fue un cumplido Kai, te ves ridículo con eso – Farfulló.

- No te pongas así conmigo – Se quitó el blazer, dejándolo doblado con cuidado sobre las bolsas que estaban en el suelo, y sonriéndole dulcemente se sentó sobre las piernas de Aoi, rodeándolo con sus brazos – Ponte feliz, por mí.
Aoi bajó la mirada huyendo de los ojos de su novio, y al hacerlo notó una gruesa cadena de oro que pendía del cuello de Kai, la tomó entre sus dedos y elevó su vista a él.
- ¿Esto?

- Es una cadena de oro – Respondió entre risas.


- Sé lo que es, tonto ¿De dónde sacaste eso? ¡Debe valer una fortuna!

- Me la regaló Ruki, ¡Es muy pesada!


- Debe serlo, parece una cadena para arrastrar perros… ¡Bien por ti Kai, estás llegando justo dónde querías, ya eres su perro!

- ¡Basta con eso! – Protestó enojado, levantándose de sus piernas.


- ¿Qué le diste a cambio? Porque no creo que un ricachón de ese estilo te de algo tan costoso solo porque sí.

- Me ofendes.


- ¡Tú me estás ofendiendo a mí! – Gritó finalmente preso de la ira y los celos, levantándose de la cama, tomando con violencia a Kai de los brazos - ¡Quítatela ya mismo y arrójala a la basura, no quiero ver ese horror de nuevo en tu cuello!

- ¡No lo haré! – Gritó también, igualando la intensidad de la voz de su novio – Fue un regalo de Ruki, y no voy a despreciar nada de lo que él me de.


- ¿Te acostaste con él? ¡Respóndeme con la verdad!

Kai sonrió en desaprobación, lo miró fijamente a los ojos y solo pudo susurrar: “piensa lo que quieras”. Tal vez una respuesta directa hubiese sido lo mejor, incluso guardar silencio habría causado menos ira en Aoi, quién juzgando por su propia condición pensó que la respuesta era un “Sí” y con eso alcanzó el punto máximo de la rabia. Enceguecido por ésta y los celos, actuó sin pensar en las consecuencias de sus acciones.

Mucho no pudo hacer Kai en el momento, él era fuerte, pero Aoi mucho más y aunque forcejeó con violencia para liberarse, no fue suficiente. Su novio le arrancó a pedazos la ropa, lo lanzó con furia sobre la cama y lo apresó bajo todo el peso de su cuerpo; por poco se vio estrangulado cuando Aoi le quitó la cadena del cuello y nunca se había sentido más humillado que en el momento en que entre gritos, Aoi llevó la cadena hasta sus nalgas, refregándola con fuerza contra su piel repitiendo una y otra vez: “¿Quieres al maldito diseñador dentro tuyo? ¡Ahí mismo lo vas a sentir!” Y usando dos de sus dedos empujó con fuerza la cadena dentro de Kai, tan profundo como le fue posible hasta que el dorado metal no se vio más.

O_O


*estado de shock*



... Negro... te fuiste al carajo.

Se viene el quilombooooooooo. Ya esta se armó.
Me mata Uruha...ya esta hasta la pelotas por Aoi.

Kai es tan...moldeable.

Me mata como Aoi y Uruha estan ahi al borde pero no se deciden a saltar, cuando uno se caiga y se rompa el cuello solo, quiza ahi reaccione el otro... pero es como vos decis, solo son humanos y la vida es la vida.

Y no me puedo enamorar tanto de Ruki en vida real y en ficcion, no puedo -.-

Deeeooozz!!
Lo habia dejado de leer porque no tenia pc y hoy lei todos seguidosss!!
Esta mas que buenooo!!
El negro forro!!! como vas a hacer esooo???
Hay Ale es genial! Te felicito!! n.n

Lo empeze ayer a leer el fic y lo termine = me encantooo!!
Se zarpo Aoi eh!! ,se viene el RE quilombo!!
Ta geniaal! ya quiero el siguiente capitulo x3

♥
Muchas gracias por sus comentarios.
Gracias Nao por la corrección♥




-10- Falling.



Reita terminó de acomodar los muebles en la nueva oficina que Kai ocuparía, justo al lado del despacho de Ruki. Se sentó en una silla junto a la ventana esperando que el nuevo diseñador llegase, planeó un pequeño discurso para decirle al ex mecánico, debía ganarse su confianza tal cómo Ruki se lo pidió, y sacarle información sobre lo que pudiese estar sintiendo por Uruha y establecer si la presencia de Kai era o no una amenaza.
Nada de lo que planeó fue dicho, Kai entró con una terrible expresión de abatimiento en su rostro, y un enorme moretón en su mandíbula.

- ¿¡Qué te pasó!? – Se levantó, caminando hasta él - ¡Te ves terrible!

- ¡Me siento terrible! – intentó infructuosamente sonreír – Tuve una fuerte discusión con mi novio.


- ¿Discusión solamente? ¡Parece que tu novio te hubiera querido matar!

- Casi… - Murmuró – No importa ya – Recorrió la oficina con la mirada, alegrándose de ver lo bonita que había quedado, y se dirigió de inmediato a la mesa de diseño - ¡Es perfecta! Muchas gracias, Reita.


- No me agradezcas a mí, yo solo acomodé todo según la disposición de Ruki.

- Gracias por hacerlo de todos modos.


- Si necesitas algo más, no dudes en pedírmelo – Ofreció amablemente – Es más, si necesitas hablar con alguien sobre lo que te pasa puedes contar conmigo.

Esa era una oferta que Kai no pensaba despreciar. Aparte de Aoi él no tenía muchos amigos, su obsesión por el trabajo había logrado romperle los lazos con el resto del mundo; así que se sentó en el sofá plateado que servía además de decoración, de un buen lugar para descansar. Reita se sentó junto a él una vez fue invitado por Kai.

- Por favor no vayas a contarle a Ruki, me daría mucha vergüenza que él se enterara – Comenzó, y una vez Reita asintió a su petición continúo – Mi novio no me entiende, él cree que mi interés por Ruki va más allá de lo profesional, y no puede estar más equivocado.

- Claro, porque a ti quien te interesa es Uruha – Decidió no irse por las ramas y ser directo.


- ¡Ja, tú también con eso! – Rió acomodándose mejor – No, para nada, Ruki lo piensa porque me pongo muy nervioso cuando su despampanante novio aparece, no te lo niego, es un hombre hermoso, pero no es el tipo de hombre que me enloquece… es decir, ya viste a mi novio, así es cómo me gustan, fuertes, rudos no solo físicamente, también interiormente y Uruha parece que se fuera a desfragmentar en cualquier momento.

- Sí es demasiado débil, lo conozco desde hace muchos años y siempre ha sido así… pero Ruki encaja un poco en tu descripción, o me equivoco – Lo miró cuidadosamente ¡solo eso le faltaría! Tener rondando sobre Ruki a otro buitre más.


- Sí encaja, lo admiro mucho por ser quien es y como es, y te confieso, hasta ayer sentía un extraño cosquilleo cuando él se acercaba a mí, pero ahora sé que era parte del mismo nerviosismo que su imponente presencia me provoca. Óyeme bien Reita – Lo miró fijamente, y acomodó su mano sobre las del conductor – Ayer yo era un hombre diferente del que soy hoy, anoche dejé de creer por completo en el amor, así que dile a Ruki que deje de pensar mal, ni su novio, ni él ni ningún hombre o ser humano me interesa, ahora solo voy a vivir por mí mismo.

- ¿Y tu novio?


- Mi novio… - Bajó la cabeza, entrecruzándose de brazos – Mi novio se puede morir si le da la gana, de todas formas, ése hombre ya está muerto para mí.



Uno de los frascos plásticos que contenía líquido para frenos se reventó debajo de la espalda de Uruha, intentó moverse para evitar que las puntas plásticas se le clavaran en la piel, pero le fue imposible, Aoi estaba demasiado concentrado en penetrarlo fuertemente cómo para escucharlo quejarse por lo ocurrido.
El taller lucia horrible, desde que Kai dejo de asistirlo, la mugre se estaba apoderando del mismo y es muy probable que Aoi hubiese limpiado, pero su ánimo no se lo permitía, a duras penas se levantó esa mañana de la cama y tuvo la iniciativa de llamar a Uruha.

El suspiro que el rubio emitió fue doble, por una parte el orgasmo había sido maravilloso y por otra, se pudo mover y quitarse el punzante plástico de la espalda.

- ¡Woa, tu desempeño bruto y salvaje de hoy me hizo recordar tristemente a Ruki! – Exclamó sin ocultar algo de rabia, se fue hasta el sitio en que se lavaban los autos y con la manguera intentó lavarse el líquido para frenos que le empapaba la espalda.

- Lo lamento Uru – Se disculpó mientras tomaba una buena cantidad de jabón líquido y empezaba a fregarle la espalda – No es tu culpa lo que estoy sintiendo, y no debería desquitarme contigo… es solo que…


- Lo extrañas, lo sé – Cerró los ojos suspirando quedamente – Ojalá llegaras a amarme la mitad de lo que lo amas a él.

- ¿Para qué? A mi no me amas, es muy obvio, o ya habrías dejado a Ruki… hace tres días Kai se fue de mi vida, odiándome y aun así no quieres venir a vivir conmigo.


- ¿De reemplazo? ¡Olvídalo! el día que yo venga a vivir acá contigo será cuando te mueras de amor por mí, antes no.

- No inventes excusas, no vienes porque no tengo con qué mantenerte, barbie.


- ¡¿Por qué demonio sigo viniendo si cada vez que estoy contigo salgo más enojado que nunca?!

- Porque te hago sentir vivo, así sea a base de disgustos.




La tarde empezaba a agonizar. Kai bajó hasta el parqueadero por las escaleras, ya lo había tomado como costumbre, le ayudaba a pensar y al tiempo le despejaba la mente, al menos le sacaba a Aoi de los pensamientos. A unos cuatro espacios de parqueo de su auto vio a Reita, con el cuerpo metido debajo de la tapa del motor de un auto clásico. No era de Ruki, Kai conocía bien cada auto del diseñador.

- ¿Necesitas ayuda?

- Oh! Kai, por poco me matas de un susto, no te vi venir, y no te preocupes… este auto es mañoso, yo puedo repararlo – Sonrió ampliamente sacando el cuerpo de entre la capota.


- Déjame ayudarte, algo debo hacer para retribuir todo lo que haces por mí – Lo empujó suavemente a un lado, y se remangó la camisa de seda negra.

- Pero, no quiero molestarte, de verdad…


- Shuussshh! – Acompañó al sonido poniendo su dedo índice sobre sus propios labios – ¡Deja esto al experto! Sabes Reita, a veces extraño un poco esto… tal vez deba ir hoy al taller y reparar algún auto… aunque no quiero verlo.

- ¿Sigues enojado con él?


- Terminamos – Levantó la vista y sonrió tristemente – Ve, enciéndelo, quiero oír el motor, creo saber que tiene.

Reita así lo hizo, bajó del auto y se paró de nuevo junto a Kai, éste cerró la capota del motor y se limpió las manos con una toallita que le alcanzó el conductor.

- Deja el auto acá, yo iré esta noche al taller y traeré unas bujías originales, mañana tan pronto llegue, te las cambio y el auto quedará más nuevo que lo estuvo hace 40 años – Sonrió asintiendo con su cabeza – Vamos, te dejaré en tu casa.






El reloj en su pared marcaba las 5:30 a.m. Uruha se movía con premura, Ruki fue muy especifico en su llamada, estaría ahí a las 6:00 a.m. y odió no haber tenido más tiempo para prepararlo todo. Extendió las sabanas de algodón egipcio sobre la cama, las odiaba, pero Ruki se enojaría si tuviese un tendido diferente, se llenó de perfume el cuerpo y esparció esencia de rosas por toda la habitación, esperando así que el olfato del diseñador no notara el olor a líquido para frenos que parecía negarse a abandonarle el cuerpo.

- Tus ojos están brillando mucho últimamente – Fue el saludo del diseñador a su novio – Es raro.

- Yo me siento igual – Cerró la puerta del apartamento y caminó junto a Ruki - ¿Quieres tomar algo?


- No, quiero ir contigo ya mismo a la cama.

Exhaló lentamente el aire en sus pulmones y continúo caminando con Ruki hasta la habitación, no habló nada, él ya sabía qué hacer, se desnudó por completo y se sentó de piernas cruzadas en medio de la cama, Ruki hizo lo mismo, sentándose frente a él, sosteniendo una pequeña bolsita de regalo en su mano derecha.

- ¿Recuerdas que hace unos días dije que te regalaría una motocicleta?

- ¿Es mi cumpleaños? – Preguntó asombrado.


- ¡Ja,ja,ja! Claro despistado – Le entregó la bolsa y esperó a que Uruha sacara las llaves del empaque - ¡Feliz cumpleaños amor! – Iba a besarlo, pero no lo hizo, Uruha no se puso feliz, ni dio pequeños saltos llenos de alegría como antes, es más, ni siquiera sonrió.

- Gracias, Takanori.


- ¡No me llames así! – Protestó - ¿Qué demonios te pasa Uruha?

- Nada… es solo que… - Respiró profundamente, dejando las llaves sobre la mesita de noche, para tener sus manos libres y así sostener entre ellas el rostro de su novio – Necesito saber si aun me amas, como lo hiciste al comienzo, cómo cuando me perseguías en tus fiestas y hacías hasta lo imposible por hacerme tuyo.


- Te amo tanto como me amas tú – Respondió secamente.

- No es así, de lo contrario sabrías que no necesito de tus regalos para ser feliz ¡Yo necesito de ti Takanori!

El diseñador resopló furioso, tomando con fuerza las manos de Uruha y alejándolas de su rostro.

- ¡Te he dicho miles de veces que no me llames así! Ese hombre ya no existe.

- Si no existe, entonces mi amor por él tampoco.


- Deja de jugar con las palabras, no eres inteligente como para salirte con la tuya – Con la respiración en aumento empujó a Uruha, haciéndolo quedar de espalda sobre la cama, y se subió encima de él, apresándole el cuerpo de cada lado con sus piernas. Se inclinó hasta besarlo suavemente en los labios por un par de segundos, se incorporó un poco, y sacó de la mesita de noche una soga delgada de color granate, con esta le ató las manos a Uruha a la cabecera de la cama y se quedó viéndolo en silencio unos pocos segundos – De todas formas, a Takanori nunca lo conociste, no puedes amar a quien no conoces.

- Cada vez que llorabas de frustración, cada vez que te sentías inseguro y cuando te hartabas del mundo y nos perdíamos en algún parque lejos de los flashes y el ruido, en esos momentos era Takanori quien estaba a mi lado, ese es el hombre que amé.


- Es decir, que solo amas lo peor de mí – Apretó la soga todo cuanto pudo, gimió ahogadamente al verle enrojecidas las muñecas a Uruha y comenzó a deslizar sus los labios por la piel, un par de besos y un fuerte mordisco, dos besos más, un nuevo mordisco más intenso que el anterior, y gradualmente subía la violencia de sus mordidas, entre más gritos ahogados diera Uruha más placer sentía al hacerlo – Yo también amo lo peor de ti, y amo verte gemir de dolor.

El rubio contuvo el aire en sus pulmones, apretó fuerte los labios intentando obviar el dolor que empezaba a sentir en la parte interna de sus muslos, Ruki le había puesto en cada pierna correas con púas al inverso, y lo obligaba a rodearle el cuerpo cerradamente con ellas. Adoraba sentir la sangre tibia de Uruha escurrirse por su propio cuerpo mientras sin consideración alguna lo penetraba fuertemente.

- Te amo… te amo a mi manera Uruha… - Gimió sintiéndose cercano al clímax - ¡Es una maldita y enferma manera de amar! Pero es amor al fin de cuentas… - Se volcó en el interior de su amante, y después de tomar unos segundos para reponerse, le quitó las correas, lo desató y se recostó de lado junto a él – Sí, te amo tanto o más que antes…
Una lágrima muy lenta se desprendió de uno de los ojos de Uruha, giró para acostarse de lado enfrentando a Ruki, y con temblorosa mano le acarició el rostro.

- ¿Por qué no me lo demuestras?

- ¡Acabo de hacerlo! – Replicó.


- ¿Eso, A eso le llamas amor? – Esperó alguna respuesta, pero Ruki solo se quedó viéndolo fijamente, se desesperó y decidió darle la espalda en la cama.

- ¿Qué es ese olor? – El diseñador se incorporó apenas para pegar su nariz de la espalda de Uruha – Huele a combustible… a grasa de autos… ¿¡Por qué demonios hueles así!?

MIERDAAAAAA!!!!!!

1- '- Mi novio… - Bajó la cabeza, entrecruzándose de brazos – Mi novio se puede morir si le da la gana, de todas formas, ése hombre ya está muerto para mí.'

Me hizo moco... ._. Me dio lástima, pobre Kai ;_;!

2- '- ¡¿Por qué demonio sigo viniendo si cada vez que estoy contigo salgo más enojado que nunca?!
- Porque te hago sentir vivo, así sea a base de disgustos.'

Lo tiene TAN asumiido xDD.. el asunto es que ahora viene la parte que realmente empieza a enamorarse de Uruuu!. Sino nada tiene gracia, Negrooo!


3- '- Te amo… te amo a mi manera Uruha… '

Dejate de joder, Ruki u.u

4- '- ¿Qué es ese olor? – El diseñador se incorporó apenas para pegar su nariz de la espalda de Uruha – Huele a combustible… a grasa de autos… ¿¡Por qué demonios hueles así!?'


KILOMBOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!! lalalaaa ♫


ME ENCANTÓOO!!!, espero el próximo cap, nee!? n_n

El otro !!! el otrooo!!1
Hahahaha termina con toda la intrigaa!!!
Es genial Alee n.n